Capítulo 26: "Un no tan mal día"

Comincia dall'inizio
                                    

Sentí la necesidad de llamarlo, quizá estaba en deuda o había sido muy grosera. Esperé pero no quería contestar y me mandó a la mensajería de voz.

—Bruno, soy Carol, ¿Puedes llamar? Creo que necesitamos hablar, por favor.

No insistí más porque no soy de rogar, aparté mi celular y pensé mucho en esa tipa, en la manera en que me llamó Carl fue la manera en que esas mismas niñas usaban, si no fuera porque recuerdo cada uno de sus rostros y sus nombres, creería que ella es una de las pendejas que destrozaron mi infancia empujándome a la depresión y anorexia.

Antonieta golpeó mi puerta brindándome algo de comer pero le grité que no quería nada y que no volviera a tocar, necesitaba estar sola.

Sonó mi celular y acepté la llamada sin ver el identificador.

— ¿Bruno? —pregunté exaltada.

—Lamento dañar tus ilusiones, sólo soy yo, me quedé muy preocupada y quería saber cómo estabas.

—Oh... Yuko, gracias por llamar, estoy mejor.

—Yo tampoco confío en esa chica, cuenta conmigo para lo que necesites.
—Que gentil, gracias —sonreí.

—Dani no hará nada al respecto, pero te recomiendo que no pierdas la paciencia tan rápido, sabemos cómo maneja las cosas.

—Si, si... Lo sé, pero esa tipa me saca de mis casillas, simplemente no la soporto.

—Tranquila, falta poco para graduarnos —me consoló con un tono sereno—, no la veremos más. Te veo el domingo, tenemos tarde en tu casa después del partido. Irán los chicos, nosotras y las nuevas.

—Si, claro... No hay problema en que Rosee y Josie vengan, sólo ellas.

—Entendí por dónde vas —rió—. No te aseguro nada.

Después de eso colgó sin dejarme responder, no creo que tenga la cara tan dura como para venir a mi casa. Mi celular volvió a sonar y contesté rápidamente.

— ¿Bruno?

— ¿Tu celular no tiene identificador de llamada? —preguntó irónica.

—Acabas de colgarme —rodé los ojos con una sonrisa.

—Olvidaba decirte que Dani invitó a Matt y Jack para este domingo.

— ¿Quién es Matt?

—Según tu historia, dormiste con él, te dejó conducir su moto, y hoy te llevó a casa después de lo sucedido.

—Ah... El chico. Creo que no importa.

—Vale, gracias —respondió emocionada y colgó.

No pensaba con claridad, todos mis pensamientos estaban centrados en Bruno, no lo traté del todo bien y no lo merecía.

Mi celular volvió a sonar e irritada lo contesté.

—Invita a quien se te dé la gana, Yuko, la casa es grande no me importa. Estoy esperando una llamada importante de Bruno, necesito hablar con él, lo traté mal y prácticamente lo ningunee en frente de ese chico y el no lo merecía, simplemente estaba mal y estoy mal como para tolerar una escena de celos, sobre todo con ese tipo que no me importa ni un pepinillo, y aún si él no es mi novio o algo parecido, si, pasan cosas pero es tan lento que no me lo ha pedido, y no puedo ir como una necesitada a rogarle que me lo pida, necesito hablar con Bruno y disculparme con él, estar con él y vivir en una burbuja de amor para sentirme un poquito mejor —hablé tan rápido como pude y unas lágrimas se derramaron por mis mejillas. Estaba frustrada y sólo escuché el pitido constante en la otra línea, me había colgado.

Infiltrada [EN EDICIÓN]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora