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Mia supo en ese instante que estaba perdida. Y en cierto modo eso le gustaba. Volvió a morderse los labios y lo escuchó moverse. Su audición estaba terriblemente sensibilizada. Escuchó el sonido de las persianas de la enorme ventana que había en la habitación, abrirse o cerrase... no estaba muy segura.

-¿Qué haces? -le preguntó antes de detenerse a pensar un poco más.

-Quiero que haya más luz. No quiero perderme ningún detalle de ti.

Ella pensó en eso. Era de día, un poco más de la una de la tarde. Había estado tan absorta en aquello que se había olvidado completamente del tiempo. Recordaba que cielo había comenzado a despejarse cuando dejaron el cementerio. Se preguntó si ya estaría visible el sol.

-¿Hay sol? -quiso saber.

Lo escuchó acercarse. Su pulso se aceleró.

-Sí, y te ilumina...

Su voz estaba cerca de la cama, pero no estaba segura de donde. Movió la cabeza hacia el frente. Estaba por hablar, cuando sintió una mano caliente cerrarse sobre su tobillo. Aquella mano, fuerte y algo áspera, comenzó a subir por su pierna. Sintió el calor que él desprendía a medida que su cuerpo se aproximaba al de ella. Ahora él usaba ambas manos para recorrer ambas piernas. Las caricias eran muy suaves y le erizaban la piel. Quería mirarlo, estuvo a punto de decirle que necesitaba verlo. Pero entonces sintió sus manos a los costados de sus caderas, aforrándose a la única prenda que quedaba sobre ella. Mia elevó un poco las caderas, una vez que él empezó a tirar de su ropa interior.

Zayn estuvo a punto de gruñir al observar como ella cooperaba sin que él hablara. Terminó de quitarle el pequeño culotte y la observó.

-Eres hermosa, ¿lo sabes, verdad?

Mia tragó dos veces antes de contestar.

-Tú me haces hermosa... -respiró hondo -...siempre. Pero por favor, ya no me tortures más...

Él arqueó una ceja.

-¿Estoy torturándote? -inquirió.

-Pff, no hagas como que no sabes de lo que te estoy hablando... Te necesito y tú estás ahí, donde quiera que sea, haciendo quien sabe que cosa, callado. No puedo verte y tampoco levantarme y obligarte a hacerme el amor. Simplemente estas acabando conmigo.

Él se rió. Sí, fuerte y algo ronco. Su risa hizo que la humedad entre las piernas de ella aumentara. Era un bastardo, y cuando estuviera desatada y desvendada, iba a vengarse por hacer que su cuerpo fuera una especie de aparato que solo respondía a todo lo que él decía o hacía. Ella también iba a atarlo a la cama y a hacerlo suplicar por su toque. Sí, sería una dulce venganza. Sonrió malvadamente, sin tener en cuenta que Zayn la estaba mirando.

-¿A qué se debe esa sonrisa de creo-que-encontré-algo-que-alguien-no? -le preguntó.

-A nada -le aseguró.

-No sabes mentir. Dime.

-No voy a decírtelo -sentenció.

-Bien, entonces voy a obligarte a decírmelo -ella escuchó la risa en sus palabras. Arqueó una ceja.

-No me digas -se burló -¿Y cómo se supone que lo harás?

Se paralizó cuando sintió la cercanía de su cuerpo a los pies de la cama. Acababa de sentarse. No pudo evitar pensar que él estaba desnudo. Contrólate, se dijo a sí misma.

Zayn rió bajo y profundo. Una especie de vibración sexy que salía de su pecho. Maldito, maldito, maldito, pensó ella. Cada cosa de él era sexy.

-No voy a decírtelo -le dijo utilizando las mimas palabras de ella.

It's Complicated  » ZaynWhere stories live. Discover now