Zayn comenzó a toser, no pudo evitarlo, su garganta se había cerrado impidiéndole respirar o incluso pensar.
Perrie se puso rápidamente de pie, y se acercó a él para palmear su espalda. Él se lo agradeció en silencio, pero la tos no la abandonó.
Ella corrió a buscar un poco de agua, pero él decidió ayudarse con el vino que residía en su vaso. El líquido, un tanto amargo, le recorrió la garganta, aliviando su ahogo. Apoyó el vaso con algo de fuerza sobre la mesa. La rubia volvió a sentarse frente a él, con rostro preocupado.
-¿Te sorprendí mucho? -preguntó ella.
-Sí... es decir no... en realidad demasiado.
-Sabía que sería así -sonrió levemente -Mi hermana me dijo que si no te desmayabas sería un milagro.
Zayn se quedó en silencio, estaba en shock. Miró una vez más el anillo, y volvió la vista a Perrie. ¿Casarse? ¿Ella quería casarse? ¿Cómo demonios habían terminado en eso?
-Perrie, yo...
-No es necesario que me lo contestes ahora - lo interrumpió - Puedes pensarlo.
-Es que...
-No te digo que nos casemos ya, Zayn -prosiguió -Podemos empezar a organizar todo con calma y casarnos dentro de cuatro o cinco meses.
-Es muy pronto -murmuró él más para sí mismo, que para ella. Pero no fue lo suficientemente bajo.
-Soy una estúpida -aseguró Perrie.
-No, Perr...
-Ya no me voy a seguir humillando ante ti, Zayn...
-Me tomaste por sorpresa, ¿si? -trató de solucionar aquello -Han pasado muchas cosas en estos últimos meses... y me esperaba cualquier cosa, menos esto.
-¿No me amas? -preguntó ella.
Él no respondió al instante.
-Sabes que no es eso... hemos pasado por muchas crisis juntos...
-Entonces cásate conmigo -sentenció ella.
El portero eléctrico sonó, salvándolo. Agradeció en silencio, y se paró para responder.
-Está abierto -indicó sin siquiera preguntar quien era. En realidad no le importaba si era el mismísimo diablo, mientras le evitara tener que responderle a Perrie.
-¿Quién era? -quiso saber ella.
-No sé -le respondió -Ahora seguramente va a subir.
Lo que sonaba ahora era el timbre. Zayn salió de la cocina, esperando encontrarse con Niall, Lance o incluso Mia.
Abrió rápidamente la puerta y se encontró de frente con un hombre que estaba ataviado en un traje negro de etiqueta, a leguas se le notaba lo caro. No era más alto que Zayn, pero si más castaño y sus ojos eran de un azul oscuro.
-¿Buscas a alguien? -preguntó el moreno.
-Sí, estoy buscando a Mia Bennett -contestó e intentó mirar hacia el interior de la casa, pero Zayn le impedía la vista.
-¿Para que la necesitas? -quiso saber con algo de recelo.
-Bien, me parece que primero tengo que presentarme. Yo soy...
-¿Adam? -inquirió una voz femenina en la entrada de las escaleras.
Ambos hombres se giraron a ver, para encontrarse con una Mia casi tan blanca como una hoja de papel. El castaño sonrió.
