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Mia no estaba prestando la atención que realmente debería estar prestando, a todo aquel magnifico despliegue de colores y paisajes, que con cada paso que daba, aparecía frente a ella. Matt la había llevado a una convención de pintura clásica, en donde se exponían los principales pintores del mundo y algún que otro aficionado. Siempre le habían gustado los cuadros, los encontraba realmente fascinantes. Pero no podía concentrarse.

No había podido dormir muy bien, estaba algo alterada. La imagen de Perrie llorando, insultándola, queriendo luchar contra ella, se repetía una y otra vez en su mente.

Estaba entre la espada y la pared. Sabía que tenía que alejarse de Zayn, irse de su casa. Pero entonces él se había arrodillado a su lado y casi le había rogado que no lo hiciera, que se quedara. Se tocó el vientre, sobre la pequeña capa de ropa que llevaba puesta. Estaba creciendo, y pensar en su bebé la ayudaba a sentirse mejor. Solo un poco.

Trató de prestar atención a lo que una de las guías estaba explicando, sobre un bonito cuadro de los años veinte. Pero las palabras de la chica no llegaban con claridad a sus oídos. ¿Qué le pasaba? Se sentía... como... fuera de dimensión. Pronto un intenso calor la envolvió. Se removió algo nerviosa al lado de su primo.

-Mia, ¿estás bien? -le preguntó Matt.

Ella sacudió la cabeza y soltó un suspiro. Lo miró y esbozó una pequeña sonrisa.

-Sí, sí -asintió.

-Estás algo pálida -dijo preocupado.

-Estoy bien, Matt. Solo... hace un poco de calor aquí -aseguró.

Pero entonces comenzó a marearse, todo empezó a dar vueltas, el equilibrio comenzó a fallarle, se sintió flotar. Pronto sintió unas manos que la sostenía de la cintura. Su cuerpo se volvió algo pesado. A lo lejos la voz de Matt, que la sostenía, sonó pidiendo ayuda.

Las luces del lugar deban vueltas ante sus ojos, todo era borroso. Se sentía aturdida, las voces se mezclaban. Comenzó a agitarse, el pecho se le cerró. En ese mismo momento pensó en su bebé, no quería perderlo. La desesperación se adueñó de ella.

Una sombra se proyecto ante sus ojos, no podía distinguir bien su rostro, pero sabía que era un hombre. Se inclinó sobre ella.

-¿Señorita Bennett? -inquirió la voz. Le sonó realmente familiar. Apretó los ojos para intentar ver mejor. Escuchó a Matt hablar, pero su voz sonó demasiado lejana. Volvió a apretar los ojos -¿Puede oírme? -ella asintió levemente. Cerró los ojos, tratando de mantener la calma -Respire profundamente, ya va a pasar. No trate de forzar el aire... hágalo despacio -Mia obedeció, sus ojos aun cerrados. La voz logró apaciguarla.

-¿Qué es lo que tiene? -preguntó Matt angustiado. Estaba sentado en el suelo, con todo el mundo mirando, y sostenía a Mia sobre él.

-Creo que le bajó la presión -contestó el hombre, cuya voz conocía pero no podía recordar de donde. Sintió sus manos sobre su rostro, abriéndole un poco los ojos -Sí, definitivamente le bajó la presión.

-¿No tiene que ver con el bebé, verdad? -preguntó ella en un susurro. Su garganta estaba algo seca.

-No, creo que no, señorita Bennett -le dijo, y al fin pudo reconocerlo. Abrió lentamente los ojos, para encontrarse con una suave mirada verde.

-Doctor Pettyfer -murmuró.

-¿Está más tranquila? -le preguntó Alex -¿Se fue el mareo?

-Sí, pero... ¿Qué pasó? -quiso saber.

-¿Ha estado comiendo poco últimamente? -inquirió él.

Ella se incorporó lentamente, con la ayuda de Matt, hasta ponerse de pie. La gente que estaba a su alrededor comenzó a dispersarse al ver que no había ningún espectáculo que ver. Alex también se incorporó.

It's Complicated  » ZaynWhere stories live. Discover now