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Mia ya estaba acomodada en una habitación común y que gracias a Dios no olía a suero. Tenía una enorme ventana que daba a un hermoso parque que el hospital tenía para salir a respirar. Sabía que había sido Alex el que había mandado a darle aquel cuarto.

Estaba realmente agotada, sentía un sueño que jamás había sentido en su vida. Era como si cada poro de su piel le gritara que se sumiera en las profundidades del cansancio. Pero no podía dormir, no sin volver a tener a su hija en brazos.

La puerta se abrió y una enfermera ingresó, empujando una pequeña cuna que estaba decorada con una manta rosa clarito. Mia se sentó al instante y sonrió.

-Que raro que no esté durmiendo -dijo la mujer -La mayoría de las veces las madres están tan cansadas luego del parto que se quedan dormidas.

-No podía dormir sin ella aquí -le dijo.

La enfermera sonrió y colocó la cunita bien cerca de ella así la morena podía verla.

-Está todo perfecto con la pequeña -le contó -Es perfecta y hermosa de la cabeza a los pies. Ahora está dormidita porque se ha cansado de que la revisáramos. Así que puedes dormir tranquila, cariño. Todo está bien.

-Gracias -susurró Mia.

-Cualquier cosa que necesites, toca el botón rojo.

La puerta volvió a abrirse para darle paso a Zayn que llevaba consigo un enorme ramo de flores, unos cuantos osos y globos con frases de bienvenida. La mujer le sonrió y se acercó a él para ayudarlo a acomodar todo alrededor de la cama. Él se acercó a la morena y la besó suavemente en los labios. Colocó las flores sobre una mesa al costado y fue hacia el baño para lavarse las manos. Volvió al instante y se acercó a la pequeña cunita.

-Adiós -dijo la enfermera y se fue de allí.

-Adiós -dijeron ambos al unísono. El silencio los envolvió. Él clavó la mirada en ella.

-Nuestras familias siguen como locas allí afuera. Todos quieren pasar a la vez y verlas a ambas. Pero Alex se los ha prohibido rotundamente, diciéndoles que las primeras tres horas son enteramente nuestras.

Ella sonrió y suspiró. Él rodeó la cama y le pidió que se moviera un poco. La morena así lo hizo, dejándole un pequeño lugar. Zayn se acomodó a su lado, apoyándola sobre su costado. Se observaron tranquilamente.

-¿En qué piensas? -preguntó ella con voz suave.

-En que deberías estar durmiendo -dijo él.

-No podía -le contó -Ella no estaba aquí y eso no me dejaba dormir.

-Ahora ya lo está -murmuró y acomodó un pequeño mechón que caía sobre su frente -Duerme, mi amor, que yo estaré aquí cuidando de nuestra hija y de ti.

La morena levantó su mano y acarició su mejilla, pudo notar bajo su palma el suave vello de la barba que comenzaba a crecer. Zayn se inclinó un poco y rozó sus labios.

-Te...

-...amo -terminó él la frase por ella, para luego besarla tomando sus labios entre los suyos, ejerciendo una suave presión sobre ellos. Era simplemente delicioso. Se alejó un poco para observar como ella dejaba los ojos cerrados y se disponía a dormir.

Zayn se acomodó mejor y también cerró los ojos. Por algún motivo también se sentía cansado. Era como si recién ahora pudiera estar realmente tranquilo. En los últimos meses no había podido dormir sin despertarse a cada rato, alterado, nervioso, incluso asustado. En ese momento no había nada de eso. Solo paz, una paz que lo envolvió y lo llevó sin más al mundo de los sueños.

It's Complicated  » ZaynWhere stories live. Discover now