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Zayn se detuvo frente a la casa de Perrie. Ella se giró a verlo y le sonrió. Él también lo hizo, pero con cierta tensión.

-Esta noche iré a tu casa -le informó ella.

-Bien, ¿vendrás a comer? -preguntó.

-Sí, a eso de las nueve estaré por ahí -asintió. Se acercó a él y lo besó cortamente en los labios -Te amo.

-Y yo... -murmuró.

Perrie le sonrió una vez más y se bajó. Aparentando una calma que no tenía, él esperó a que ella ingresara a su casa. Cuando estuvo totalmente solo, soltó un suspiro y apoyó la frente en el volante. Las cosas comenzaban a calmarse, y era lo mejor para todos.

Luego de unos cuantos segundos tratando de calmarse a sí mismo, prendió marcha. A diferencia de él, Perrie no vivía a las afueras de la cuidad. Ella estaba muy cerca del centro, y Zayn odiaba con su alma esa zona. Dobló en una esquina, llegando a una cuadra totalmente congestionada de autos. Maldijo y golpeó su guantera. El ruido de la cuidad despertó un repentino mal humor en él.

¿Qué le pasaba? ¿Por qué actuaba así? Era solo una cuidad, era solo lo cotidiano.

Entonces lo supo. Estaba así porque no estaba siendo sincero con Perrie, ni con él mismo, ni con Mia. Sí seguía adelante con todo, no solo lastimaría a su novia y a la madre de su hijo, sino que a él mismo.

De repente lo invadieron unas terribles ganas de llegar pronto a su casa y ver si ella ya había llegado. Necesitaba hablar con ella, necesitaba descubrir que era lo que pasaba entre ellos. Decidió calmarse de verdad, poniéndose así no llegaría a ningún lado.

Su mirada se distrajo con la vereda, mientras esperaba paciente a que el semáforo cambiara. La gente caminaba apurada, empujándose acelerada, porque la hora del almuerzo se les pasaba volando. Entonces su vista se posó en una pareja que estaba sentada dentro de un bar, pegada al gran ventanal. Ambos reían mientras compartían una enorme copa de helado. Zayn los observó por incontables segundos, la mujer le resultaba demasiado familiar. Hasta que pudo reconocerla. No, no podía ser ella. ¿Era ella? ¿Realmente era ella?

Sacudió la cabeza y volvió a mirarlos. Maldita sea, sí era ella. Miró al hombre, y solo le llevó medio segundo más saber quien era. El agradable y demasiado amable Doctor Pettyfer. Su respiración comenzó a agitarse, la sangre le hirvió, las ganas de romper algo lo invadieron.

Él le hablaba y ella lo escuchaba muy animadamente, y sonreía por todo. Al parecer el doctor acababa de decir algo muy gracioso, porque ella estalló en carcajadas. Luego, sin dejar de reír, estiró la mano, y tomó la de él que estaba sobre la mesa.

La ira invadió a Zayn y sin pensarlo dos veces se desabrochó en cinturón para poder bajar y golpear a ese mal nacido...

Las bocinas lo sacaron de su cólera, miró hacia atrás y una larga fila de autos esperaba furiosos a que él arrancara. Miró de nuevo al frente y vio que el semáforo ya había cambiado.

Miró una vez más al bar. Mia seguía sonriendo. Maldijo entre dientes y arrancó.

Aceleró tanto que estuvo a punto de pisar a un hombre que caminaba con un enorme carro lleno de bolsas. Escuchó el insulto que le profirió, y estuvo a punto de detenerse, bajar y golpearlo, solo para aplacarse. Pero no lo hizo. Solo siguió manejando, como si lo llevara el diablo. La imagen de Miq con su doctor se repetía una y otra vez en su mente. Jamás en su vida había sentido algo parecido a eso. El verla tocando a otro, había sido como recibir un puñetazo en medio del estomago. Aun respiraba algo agitado.

Se puso a pensar un momento en aquello... Ella le había mentido. Supuestamente había ido con Matt, pero no estaba con él.

Tal vez estaba en el baño...

It's Complicated  » ZaynWhere stories live. Discover now