Capítulo 18: Aproximación

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Recorrimos cada palmo de la ribera de Surfers Paradise, preguntamos a cada persona que encontrábamos, si habían visto a un niño pequeño. Básicamente describimos cada cosa que distinguiera al pequeño Gilbert: ojos azules, casi grises, estatura pequeña, rubio claro. Emma hasta nos describió la ropa que llevaba puesta y ni una sola pista sobre Elliott. Considerando aparte que era un poquitín difícil hallarlo aquí, pues la mayoría de los chicos en la zona cumplían esas características, no con la ropa, con el físico.

Había niños pequeños en la playa, muchos de ellos, en realidad, y lucían como de la edad de Elliott. Lamentablemente, a cada que les preguntábamos nos hacían ir en busca de chicos de rasgos similares y al verlos a las caras, era decepcionante no encontrarlo aunque sea de casualidad, entre ellos.

Pero continuamos buscando; más que todo una pista. En la llamada telefónica, Emma comentó que hace poco Byron comenzó a darle clases de surf a su hermanito las cuales al niño le encantaban. Me animé de ir a buscar al chico rubio, porque era probable que pudieran encontrarse juntos. Pero en ese tiempo, tampoco lo habíamos visto, ni por asomo.

Escuché el timbre que anunciaba un mensaje nuevo. Deslicé una mano al interior de mi bolsillo y palpé mi teléfono.

Releí el mensaje de Cleo una vez más, como para asegurarme; la misma respuesta desalentadora. No estaba en ninguna de las jugueterías, los parques marinos, ni centros comerciales que habían visitado. Era como si se hubiese esfumado de la faz de la tierra. Curioso, considerando que la ciudad era grande por lo que habían muchos sitios donde esconderse. Y eso lo hacía, sí, más complicado.

Guardé el celular nuevamente en la comodidad de mi bolsillo y miré a Nic. Negué con la cabeza mientras curvaba los labios.

—Continuemos.

Con Nic intercambiamos miradas algo desalentadoras. Pero la mía tenía un ligero matiz de culpabilidad. Digo, lo había arrastrado a esta búsqueda, cuando se suponía que saldríamos. Probablemente el saldría con amigos hoy, si yo no hubiese aceptado su propuesta o si los acontecimientos que nos llevaron a esta situación, no hubiesen ocurrido. Él era un chico bastante popular entre sus amigos y en especial con las chicas. Probablemente tendría mejores cosas que hacer que ir en la búsqueda de alguien desconocido.

—Oye, Kayla —el rostro de Nic surgió frente a mí, haciéndome pestañear, desconcertada, pues me di cuenta que había permanecido con la mirada perdida e ignorándolo —. Creo que se parece un poco, ¿no? —. Miré a la dirección donde señalaba. Había un niño rubio junto a otros niños de su edad, haciendo castillos de arena; traía una ropa bastante parecida a la que había dicho Emm que llevaba su hermano al momento de perderse. Nos daba la espalda pero de perfil, era idéntico.

— ¿Elliott? —llamé. El no pareció escucharme. Di un paso adelante—. Hey, ¿Elliott, eres tú? —puse las manos en mis rodillas y me encorvé un poco para verlo mejor. El niño se apartó el pelo del rostro y me miró, con el entrecejo arrugado—. ¡Oh, lo siento! Me pareció creer que eras alguien más...

—No —dijo con una voz un tanto infantil pero firme—. Mi nombre es Ben. —añadió, levantando su carita para poder enfrentarme. Visto de cerca, no se parecían en nada más que el cabello, el tamaño y el perfil.

—De acuerdo, para la próxima recordaré tu nombre, Ben —repuse, sonriéndoles—. Bueno —Me enderecé y miré a Nic—. Sigamos.

— ¿Todo en orden? —me preguntó Nic, una vez continuamos.

—Sí solo... —lo pensé un momento— preocupada, por Emm —sonreí parcamente, sin dejar de caminar —. Hace no mucho que desapareció pero ya perdí la cuenta de cuántas veces repetimos esa escena; confundirlo en algún niño —entonces recordé la conversación que mantuve con Emma durante el día de ayer—... ella se escuchaba un poco, bastante, alterada.

H2O, sirenas del mar; La Otra SirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora