El Asunto Tiburón.

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Nadé a toda velocidad, decidida a no dejar que Emma o Rikki, a quien ya le había perdido el rastro hace tan solo un par de segundos, me dieran alcance. Emma se movía con gran agilidad y presteza. No debía dejarme engañar, si ella era una excelente nadadora siendo humana ahora con la gran ventaja de ser sirenas, era un contendiente increíblemente difícil de igualar. Pero de ninguna manera iba a rendirme.

Me detuve bruscamente, cuando una figura se detuvo justo delante de mí, cortándome imprevistamente el paso. Fruncí el ceño y observé a Rikki, frente a mí, con recelo.

Elevé el mentón, dándole a entender que no estaba dispuesta a que se interpusiera en mí camino, ni a que me ganara. Ella hizo lo mismo pero cuando me miró parecía, si estaba en lo correcto, divertida. Sí, ella estaba disfrutando de algo pero no tenía modo de comprender el motivo. Aunque siendo honesta, no estaba muy interesada en saberlo.

Entonces, me miró con algo parecido al desafío. Sonrió y al segundo siguiente había desaparecido, dejando tras de sí, una estela de burbujas. Miré alrededor, sorprendida que me hubiera sobrepasado tan rápido; solo permanecía un rastro que daba prueba que había estado frente a mí hace solo un par de segundos. A la lejanía una mancha difícil de identificar, se movía a gran velocidad.

Di un fuerte golpe con mi cola y logré impulsarme hacia adelante, consiguiendo con esto incrementar mi velocidad.

Al dar con ella, unos kilómetros más adelante; hice ademán de sobrepasarla, pero Rikki me sorprendió cuando empezó a realizar giros, formando círculos en el agua y, pese que no comprendí del todo lo que intentaba hacer, no me costó seguir sus movimientos. A tal punto que cuando giraba creando una curva yo hacía lo mismo o viceversa.

Estuvimos haciendo esto un par de minutos hasta que por encima del hombro de Rikki, vi a Emma, un par de metros más adelante.

Una vez alcanzamos a Emma, que evidentemente había sido la primera en llegar; nos detuvimos a su lado y sonreímos. Cuando la miré, esperando de su parte esa mirada de goce, me di cuenta que ella ni siquiera nos observaba y que de hecho, tenía su atención puesta en otra cosa. Seguí la dirección de su mirada y contemplé frente nuestro el costado de un barco, a pocos centímetros de donde nos encontrábamos.

En ese momento, advertí la presencia de una red suelta en el agua y, si no me equivocaba, algo atrapado en ella se movía ligeramente. Volteé a ver a las chicas y noté ellas también la habían visto.

Era una Tortuga.

Sin cuestionármelo siquiera, me abalancé sobre la red e intenté romperla tirando de ella de mis manos, hacia el lado opuesto pero era inútil... el tejido era fuerte. Emma surgió a mi lado y entre ambas comenzamos a jalar de la red.

En el momento que comencé a pensar en alguna otra manera de romper la red, Rikki apareció portando un cuchillo en su mano derecha. Clavó el objeto filoso un par de veces hasta que logró romperla permitiendo que la tortuga se escabullera a través del orificio hacia afuera.

Sonreí aliviada al verificar que no había sufrido ningún daño y contemplé como lenta y apaciblemente, se desplazaba por el agua.

*.*.*

Seguimos nadando por al menos una media hora más, en la cual ya con la piel arrugada como pasas, sugerí que ya era tiempo de volver. Tomamos el camino más corto hacia la Cafetería y en pocos minutos llegamos a ella.

Atravesamos la cortina y, luego de que pidiéramos unas bebidas, tomamos asiento. Ya para ese entonces todos tenían puesta su atención en la pantalla de televisión del café que en ese instante transmitía las noticias.

—Hoy unos pescadores locales enfrentaron una posible amenaza marina —miré con atención a la pantalla, mientras le daba un sorbo a mi bebida—. Pescadores comerciales reportaron un incidente que podría deberse a un Tiburón —Era el muelle de aquí cerca. Esta vez, resolví prestar más atención—. Afortunadamente no hubo heridos... —prosiguió el reportero.

H2O, sirenas del mar; La Otra SirenaWhere stories live. Discover now