Capítulo 67: Pareja.

651 64 28
                                    

67: Pareja.

Nota de autor: Un capítulo dentro de lo que cabe, tranquilo, para bajarle un poquito al ~drama~, ¡Enjoy!

~.~.~

—Una correa te costaría menos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Una correa te costaría menos.

A veces, cuando planeas una cosa resulta convertirse en algo completamente diferente; e incluso cuando no planeas nada, los caminos de la vida pueden llegar a sorprender con sus ocurrencias. ¿Quién lo diría? Cleo no adivinó que, aun sin saber nadar y temiéndole al agua, acabaría en un bote con dirección a mar abierto (y que una Isla aparentemente normal, cambiaría su vida y la de tres chicas más). Lewis no previó enloquecer por Denman (y aunque no fuese su intención, causarnos problemas). Aunque sabía el riesgo, Emma no pudo impedir que Zane viera su cola (y de allí su obsesión por encontrarnos), Rikki jamás pensó enamorarse de Zane y viceversa (de allí el drama actual), yo no planeé convertirme en una “irracional” que ignora los “No estás pensando con claridad, Kayla” o “Te estás dejando llevar por tus sentimientos” y “Los chicos son una distracción” y bla, bla, bla. Rayos, claro que no. Ninguno de nosotros lo hizo. Simplemente pasó y no es algo que se pueda cambiar.

Y tampoco planeé reprochar aquello a mi padre. Simplemente se me escapó.

A estas alturas debería estar acostumbrada a ser cuestionada por cada cosa que hacía (por ejemplo: cuando una vez me mantuve apartada, de la piscina, en una fiesta que mi padre organizó, cuando bebía agua de botellas con una pajilla, cuando pregunté por mi madre, cuando insistía en ser amiga de Rikki a pesar de la opinión de papá, mi sarcasmo, mi insolencia, no obtener tan buenas calificaciones, trabajar en el Juice Net) pero justamente hoy al oírlo manifestar su dramática e incluso teatral extrañeza por el hecho de que llegué temprano a casa, siendo que suelo llegar un poco más tarde (porque las horas se iban volando en la casa Gilbert pero en mi propia casa se sentían como si el tiempo hubiese sido congelado o como si los segundos transcurrieran a la misma velocidad de un perezoso), pero por obvias razones no lo hice.

Llegué a sentirme harta, incluso aburrida. Me hartaba ver la cara de Miriam, me exasperaba ser ignorada por Emma y Cleo y me empezó a molestar que Nic también lo hiciera. Así que no se me ocurrió mejor idea que me escaparme de clases porque… ¿necesitaba una razón? Era la escuela. Debí haber deducido que en casa las cosas no serían mejor.

—Como decía… voy a dar un almuerzo mañana. —diciendo aquello, como si yo no hubiera abierto la boca en lo absoluto, papá repitió su declaración, hablando en un tono que daba a entender que esa noticia debía ser muy importante. Tan importante como para obligarme a abandonar mí trabajo y regresar a casa.

¡¿Es en serio?! ¡Creí que era una emergencia! Como, que algo le pasó a un familiar o que mamá llamó o… ¡una emergencia real! ¡Una llamada muy importante! No este… anuncio, que papá pudo habernos dado por mensaje. Indignada era poco. Cuando se trataba de los asuntos de papá debíamos dejar todo lo que estábamos haciendo a un lado, ir corriendo a su encuentro y ayudarlo en lo que necesitaba con tanta urgencia. Era lo común. Pero cuando ocurría lo contrario, era un insulto (una demostración de debilidad, una demostración de inutilidad) ir con él cuando necesitábamos su ayuda en algo.

H2O, sirenas del mar; La Otra SirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora