Capítulo 7: "La iniciación."

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—Gracias.

Salí de allí con sólo una botella de agua y me senté en el comedor, a los segundos llegó Alex con ropa de salir y se sentó en la cabecera como siempre, despeinando mi cabello y riendo.

—Vas a salir, otra vez.

—Tengo cosas que hacer.

—Siempre dices lo mismo ¿estás saliendo con alguien?

— ¿Qué? No.

—Sólo supuse...

Kate y Jay bajaron juntos en medio de risas y empujones lo que me alegro pero enseguida Alex se encargó de echarle una mala mirada a él.

Comimos los cuatro juntos y luego de eso Jay salió a trabajar y Kate lo acompañó a la puerta, ella regresó y Alex se despidió.

—Así que...

—Subamos que te cuento —me sonrío y tomó mi mano guiándome a su habitación y paró torpemente en medio de las escaleras para gritar un gracias hacia Antonieta quien ya se encontraba recogiendo la mesa y yo sólo le sonreí.

Entramos y nos tiramos en los puff con flojera pero ella empezó a patalear y reír como niña pequeña.

—Cuenta...

—Cuando salí de tu habitación me dirigí a la mía porque estaba un poco frustrada de que por más que sonriera y mirara a Jay en secreto él no respondiera igual, entonces...

**** Flashback Narrado Por Kate****

Entré a mi habitación y tiré la puerta con rabia, me volteé al no escuchar el sonido de esta al cerrarse y choqué la mirada con la camiseta negra con el logo de Batman y subí para ver sus ojos oscuros mirándome penetrante.

— ¿Qué diablos quieres ahora? ¿Seguirme rechazando?

—Kate, no...

—Hago todo, todo lo que está a mi alcance para que me mires, para que te fijes que existo y tu estas ahí riéndote y actuando tan normal mientras que a mí se me destroza el alma porque me enamoré de ti, y puede que sea una "niña" para hablar de estas cosas, pero lo que si te aseguro es que lo que siento por ti, no lo siento por ningún otro chico por más atractivo que sea, yo no podría verlo como te veo a ti y ahora me dirás que no vale la pena, que la edad y que esto y que lo otro y si es así prefiero que te vayas —señalé la puerta y me voltee dándole la espalda.

Escuché el sonido de la puerta al cerrarse y supuse que ya se había ido, así que volteé para asegurarme de lo que para mí ya era un hecho y choqué con un pecho duro y me tambaleé pero él me atrapó en sus brazos y me apegó aún más a él, puse mis manos en su pecho y miré hacia arriba, miré sus ojos que me observaban como queriendo atravesarme, sus ojos se oscurecían aún más y yo apenas podía mantener el equilibrio. Aspiré su aroma, exquisito y masculino. Bajé la mirada a sus labios entreabiertos y un poco secos, su respiración empezaba a hacerse ruidosa y sus manos apretaban mi espalda, acortando el mínimo espacio posible que nos separaba.

—Jay... —logré articular como pude.

—Sólo te quería decir que no me sonrías ni me mires así como lo hiciste en el cuarto de Carol.

—Lo sabía —empecé a hacer fuerza para alejarme de él pero para mí pequeño cuerpo eso era imposible.

—Porque cada vez que lo haces no puedo evitar las ganas de besarte.

Aguarden... ¿Qué?

—De... ¿besarme? —cuestioné dudosa— ¿cómo de besarme?

—Así —respondió y cortó el pequeño espacio existente entre nuestros labios.

Infiltrada [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now