Infiltrada [EN EDICIÓN]

Capítulo 3: "¿Verdad o Reto?"

— ¿¡Cómo!? —inquirió Jay sin entender.

—Si, y como tanto quiere a su "amiguita" —remarcó las comillas con sus dedos— tendrá el mismo tiempo que ella, ahora sí, pueden marcharse —nos señaló la puerta sonriendo.

— ¡Patético! —le grité e iba a seguir diciéndole insultos pero Jay me agarró por detrás, inmovilizándome.

—No la embarres más —dijo serio en mi oído.

Sin soltarme salimos de ese lugar dejando la puerta de la oficina abierta, cruzamos la sala de espera y cerré aquella segunda puerta tumbándola de tal manera que pude sentir el vibrar de la pared. Segundos después, un grito hacía nosotros nos hizo voltear.

—Se les quedo esto —dijo la secretaria extendiéndonos unos papeles.

—Gracias —dijo frustrado Jay tomando los dichosos papeles.

La detención iba de tres a cinco de la tarde, después del horario de clases. Genial.

—No puede ser tengo que trabajar y este idiota me quiere hacer quedar aquí —expresó Jay frustrado.

—Yo... lo siento, no quise... —traté de disculparme, esto era totalmente por culpa mía.

—Tranquila, Carol. Para estar a tu lado hay que prepararse a todo psicológica y físicamente —bromeó tratando de subir mis ánimos.

—Eres el mejor —sonreí sincera.

—Aprendí de ti.

Después de esa motiva charla nos dirigimos a nuestras clases y así acabó el día y tocaba ir a detención. En el camino por los pasillos coincidí con Jay y llegamos juntos, el profesor de turno era Hugo, quien nos enseñaba dibujo técnico y era muy holgazán para ser profesor.

Entregamos nuestros papeles a Hugo y este los recibió, los guardó en el cajón del escritorio y volvió a su periódico sin decir nada.

Decidimos sentarnos atrás y mientras hablábamos de cualquier cosa para gastar tiempo entraron Dan, Bratt y Jhon. Sin pensarlo se dirigieron hacia nosotros.

— ¿Cómo así aquí? —inquirió Jay a los chicos, con un poco de sarcasmo ya que no es nada de otro mundo que ellos estén aquí.

—Explotamos el salón de química, lo usual —respondió indiferente Dan— ¿qué haremos para ganar tiempo?

— ¿Le jugamos una a Hugo? —ofreció Bratt.

—No, y si lo hacen yo no participo —sentenció Jay— suficiente problemas tengo ya.

— ¿Y si jugamos? —cuestionó Dan.

—Verdad o reto —impuso Bratt a lo que todos nos miramos y asentimos.

Consiguieron una botella y la hicieron girar sobre el suelo donde ya estábamos todos sentados en una rueda. Gustosa con el resultado de la botella que me favoreció a mí contra Jay.

— ¿Verdad o reto?

—Verdad

— ¿Qué te pasa con Kate? —pregunté sin dudas.

—Nada —respondió serio, pero no le funcionó a mí no me engaña.

—Sé honesto, sin trampas.

—Es una niña, todos sabemos que yo soy el viejo aquí y ella sólo tiene quince. Tus padres me denunciarían, es considerado pedofilia.

— ¿Y si intentas cuando cumpla 18? —esa era la mayoría de edad en nuestro país.