Martes 25 de Agosto, 2015.

Debo irme, llevo un par de semanas sin dormir, los sonmiferos no hacen efecto, aún tengo pesadillas y necesito salir de aquí, Gian me acompaña siempre... bueno, mejor dicho cada que puede... 

Miércoles 26 de Agosto, 2015.

Saldré a probar suerte en las calles, espero que ninguno de los hombres de McCain se aparezca por ahí, buscaré quien me ayude, necesito conseguir a alguien que tenga el poder suficiente para poder acabarlo.

Sábado 29 de Agosto, 2015.

Encontré a Satanás sin buscarlo, le pedí ayuda y accedió, le he vendido mi alma a cambio de la oportunidad de acabar con McCain y su gente, estoy ansiosa por que aquel día llegue, Satán es malditamente bello, aunque tiene mal genio, me encanta, lástima que ahora sea el dueño de mi vida.

Domingo 30 de Agosto, 2015.

Bueno, no tengo más que decir que las pesadillas son constantes, que por más que lo desee Gian no viene a verme por alguna razón, he tratado de comunicarme con el pero no encuentro como, no se si sea la mansión o el hecho de que vivo muy cerca del infierno..

Posdata: El amigo o hermano de Satán es un encanto, Johann es fenomenal.

Al parecer esto era una especie de diario resumido en notas cortas,  algunas hojas estaban en blanco y otras simplemente no existían pues al parecer Morgan las había arrancado, seguí hojeando aquel cuaderno hasta llegar a las últimas páginas, regresé algunas páginas pues había un manuscrito perdido entre las páginas finales, hasta que por fin lo encontré.

Gian, por favor ven a visitarme, extraño sentirte cerca, necesito hablarte, las pesadillas continúan y estoy a punto de volverme loca, sabes? Hace un par de días me ató a una rueda de sadomasoquismo, me torturó un poco pero me sentí extrañamente tranquila, al fin pude dormir, aunque dormí atada pude descansar sin tener pesadillas... es extraño pero, pude dormir gracias a su compañía.

Esto era demasiado, la inútil de Morgan había buscado tener contacto con alguien llamado Gian, alguien que necesitaba y ansiaba a ver, eso me ponía histérico.

Cerré el pequeño y ambiguo diario y miré su pasta exaltado.

M. L. Eran las iniciales inscritas en la piel negra de aquel misterioso libro, me puse de pie y volví a colocar aquel libro en su escondite para no levantar sospechas, cerré el cajón y volteé a ver a Morgan, quien seguía dormida, toqué su frente y aún ardía, tomé la compresa y volví al baño para humedecerla, volví donde Morgan y le coloqué la compresa, al quitar mi mano de su frente reaccionó, tomó mi mano con fuerza y se sentó en la cama, abrió sus ojos cansados y me miró frunciendo el ceño.

- Suéltame Morgan - la veía extraña, sus ojos se veían opacos.

- Me dejaste- reprochó - No debiste- la observé - Te necesito- dijo con los ojos visiblemente cristalinos, estaba a punto de llorar.

- Suéltame- ordené autoritario.

De pronto Morgan se lanzó sobre mi haciendo que ambos cayésemos al suelo, su cuerpo sudoroso y lleno de fiebre cayó sobre mi, la sostiene con fuerza para que no se lastimase, más me fue imposible pues su muñeca había golpeado con el suelo.

- Necesitaba verte, me has dejado sola, sin ti mi vida es una basura- recitaba en susurros apenas audibles.

- ¿De que rayos hablas Morgan? Estas delirando. - aseguré.

- Necesito hablar contigo Gian, necesito saber que debo hacer, si huir de éste lugar o quedarme a que el ególatra de Florian me de mi ansiada venganza ¿Tú que propones?  ¿Crees que quedarme y soportar su mal genio sea lo correcto?  - ahora lo entendía a fondo, ella me veía en su alucinación como ese tal Gian.

Soy un maldito, lo sé.Where stories live. Discover now