Esas palabras le dolieron mucho.

- ¿Qué te pasa? – le gruñó ella levantándose del suelo

- Porque diablos no pides ayuda, ¿viste todo el desastre que ocasionaste? Ahora mamá Lucy tendrá que dar cuentas por tu desastre.

- Yo me quedare a limpiar. Diré que fue culpa mía.

- Claro y tu novio te perdonará enseguida y lo creerá gracioso de eso no hay dudas – mascullo él con amargura.

- ¿Dime cuál es tu problema conmigo? – lo encaró ella poniéndose frente a frente –. ¿Acaso crees que yo pedí esto?

Gabe rio con cinismo.

Kendall se molestó y le pego una bofetada.

Los ojos le picaban por las ganas que tenía de llorar.

- ¿Qué es lo que te molesta más, qué me haya acostado con James porque quise o que no me haya querido acostarme contigo nunca?

- ¡Kendall! – la regañó mamá Lucy, alarmada por sus palabras.

Gabe se carcajeó y se acercó más a ella. Su cercanía la ponía nerviosa.

- Si hubiera querido follar contigo, lo habría hecho, pero no me interesas de esa manera.

- ¡Gabriel! – reprendió esta vez la mujer mayor

Kendall volvió a sentir la sangre hervirle y estaba dispuesta a ofrecerle otra bofetada, pero esta vez Gabe reaccionó a tiempo y le detuvo la mano, la sostuvo con demasiada fuerza. Sintió una corriente eléctrica como le pasaba por las venas y su corazón comenzó a latir de manera violenta.

- Me estas lastimando – le informó ella. Ninguno despegaba la mirada del otro

- No soy el único que lo hace pero eso no parece importarte – murmuró antes de despedirse de mamá Lucy y salir de la cocina.

Kendall se propuso a levantar todo ese desastre que había ocasionado antes de ponerse a llorar como una loca.

- Déjame ayudarte cielo – le dijo mamá Lucy.

- No, mamá Lucy déjalo, yo tuve la culpa.

- Ven mi niña, deja eso – dijo levantándola del suelo y llevándola a una silla.

No aguantó más y se plantó a llorar.

- Tranquila mi niña. Es mejor así, tú y Gabe deben de estar separados. Así se mantendrán a salvo ambos.

- ¿A qué te refieres? – sollozó ella. No comprendía por qué todos le decían eso.

- Gabe sabe lo que hace, es un hombre muy inteligente solo eso te puedo decir.

- Mamá Lucy, me quiero ir de aquí – lloró ella con fuerza –. No soporto más esto. Así Gabe y yo podríamos estar juntos, ¿verdad?

- Amor, aun siendo libres, no podrían. Hay leyes en las que un menor de edad no puede tener ningún tipo de relación con alguien mayor de edad, Gabe tiene veinticinco años y tú apenas dieciséis.

Kendall sollozó con fuerza.

- ¡Esto es una mierda de vida! – dijo furiosa –. ¿Qué le hice a James para que me tengan aquí? Se suponía que debía cuidarme.

- Tú no hiciste nada malo – le aclaró mamá Lucy –, ten siempre eso presente.

- Quisiera matarlos a todos – dijo con un odio evidente.

Una Segunda OportunidadWhere stories live. Discover now