- Es su nieto.

- Nadie tiene nietos, si no tiene hijos y hace veinte años, Brutus decidió no tener hijos.

- No puedes prohibirle a tu hijo tener un abuelo. No lo hagas por Brutus, hazlo por Katniss, porque tú sabes que ella siempre ha anhelado tener a su padre. Hazlo por Anthony, porque tiene derecho a conocer a su abuelo.

- Anthony tiene abuelos - corrigió - Tú eres su abuelo. Mark ejercerá de abuelo también.

- Brutus es su abuelo, Peeta. ¿Crees que nunca sentirás remordimientos por haberle mantenido alejado de Katniss y de Connor? - preguntó su padre mordaz - Si estás seguro de que nunca vas a lamentarlo, entonces hazlo, prohíbele que les vea.

Las palabras de su padre le enfurecieron. Le hicieron dudar y eso lo enfureció.

Se dejó caer pesadamente en el sofá escondiendo el rostro en sus manos.

- Somos felices - dijo con pena - Katniss es feliz. No quiero pensar en que ahora aparezca Brutus para empañar este momento.

- No puedo asegurarte que Brutus vaya a comportarse - confesó Haymitch - Pero estoy seguro de que Katniss preferirá verlo, darle la oportunidad de corregir todo lo que ha hecho hasta ahora.

- No sé qué hacer - se quejó

- Harás lo correcto, hijo - aseguró su padre palmeándole la rodilla - Haréis lo correcto.

Katniss estaba en el baño dándose crema hidratante después de la ducha, cuando Peeta entró.

- Estoy exhausto - se quejó mientras se desnudaba metiendo la ropa en el cesto de la ropa sucia

Katniss, envuelta en su albornoz le observaba a través del espejo. Se giró para encontrarse su mirada y se acercó a ella por la espalda.

- ¿Te ayudo, preciosa? - susurró quitándole el bote de crema de las manos

Katniss le sonrió a la vez que le entregaba la crema.

Peeta desató el lazo del albornoz y lo abrió revelando el cuerpo desnudo de la chica. Bajó el albornoz por sus hombros dejándolo caer al suelo.

Se puso crema en los dedos y comenzó a esparcirla por su vientre y pechos acariciante mirando su cuerpo en el reflejo del espejo.

- Eres preciosa - murmuró mientras sostenía los pechos llenos y turgentes

- Aún debo perder los quilos que cogí durante el embarazo

- Estás preciosa. Perfecta.

- Eres un adulador - reconoció ella llevando sus manos a las de él mientras se recostaba en el pecho de su marido

Peeta bajó sus labios por el cuello y hombro de la chica.

- Va a ser un mes muy largo - suspiró pensando en el mes de abstinencia sexual que tenían por delante

- A juzgar por tu reacción, sí que lo será - rió Katniss sintiendo la erección de él golpeando contra sus espaldas

Él sonrió burlón apretándola contra sí, mientras respiraba buscando calmar su excitación.

- ¿Vas a contarme qué es lo que te preocupa? - preguntó Katniss curiosa

- ¿Qué te hace pensar que hay algo que me preocupa? - evadió

- Que te conozco y has estado muy callado toda la tarde. Escucho los engranajes de tu cerebro dando vueltas.

La herederaWhere stories live. Discover now