Capitulo 6

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La apretó contra él y bajó su boca sobre la de ella besándola furiosamente.

Katniss se sobresaltó y separó los labios jadeante. Peeta aprovechó la oportunidad y coló su lengua entre los tibios labios profundizando el beso.

Llevó las manos a la cintura de ella y la apretó contra él. Katniss levantó sus manos, para enredar los dedos en los cobrizos cabellos que rozaban el cuello de Peeta.

Jadeantes se besaron con ansias. La erección de Peeta se evidenció contra el vientre de Katniss.

Sin percatarse del movimiento, se encontró sentada sobre el escritorio de frente a la puerta cerrada. Peeta le separó las piernas con suavidad para pararse entre ellas.

Sin dejar de besarla llevó las manos a los tirantes azules del vestido y los bajó por sus brazos para poder liberar sus pechos. Temiendo romper el hechizo con palabras bajó la cabeza y tomó un pezón entre los labios. Katniss dio un respingo con un pequeño jadeo cuando sintió la lengua de Peeta jugueteando con su rosada cumbre.

Las manos de Peeta bajaron hasta el borde de la falda levantándola y sin alejar la boca del pequeño pecho erguido, le deslizó las braguitas por las piernas hasta quitárselas.

Guardó la prenda en el bolsillo de su pantalón y comenzó a masajear los húmedos pliegues femeninos.

- ¡Dios! - jadeó colando un dedo en la tibia humedad de su vagina - Estás tan húmeda... tan prieta...

Katniss respiraba con dificultad presa de las sensaciones que se estaban formando en su vientre.

Peeta comenzó a mover su dedo embistiéndola suavemente mientras la besaba con rudeza.

- Peeta... - la voz de Prim acercándose los sorprendió

Katniss le observó sin comprender realmente lo que estaba sucediendo, cuando él se quedó congelado junto a ella.

- Peeta... - repitió Prim más cerca de la puerta del estudio

Peeta llevó con rapidez las manos al escote del vestido y lo subió cubriéndole los pechos. Fue en ese momento que Katniss salió del trance en el que se encontraba.

Se sonrojó furiosamente bajándose del escritorio y acomodando sus faldas en el momento mismo que la puerta se abrió y Prim se asomó a ella.

- ¿Peeta? - le llamó su hermana mirando de uno a otro con curiosidad - ¿Qué hacíais?

- Le estaba enseñando las fotografías familiares a Katniss - respondió Peeta con la voz ronca

Prim asintió con seriedad.

- Yo puedo enseñárselas - ofreció - Cato te estaba buscando.

Peeta observó a su hermana y le dirigió una mirada preocupada a Katniss antes de salir del despacho dejándolas solas.

- Así que te interesan nuestras fotografías - dijo Prim sarcástica

- En realidad, Peeta quería enseñarme una foto de mi madre - explicó buscando la mejor forma de alejarse de la hostilidad que emanaba de la joven

- Sé lo que estabais haciendo - replicó aquella con gravedad - Toda la habitación huele a sexo.

- No es así... - intentó discutir

- Déjame aclararte algunas cosas, Katniss, para que no te pongas a ti misma en ridículo

- No entiendo a qué te refieres

La herederaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora