Capitulo 35

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CAPITULO 35

Katniss regresó al hotel con el tiempo casi justo para ducharse antes de que cerraran la cocina del restaurante.

Durante el último mes había ocupado cada día de la mañana a la noche. Para cuando la hora de irse a la cama llegaba, estaba exhausta y no tenía fuerzas para pensar en Peeta. Por esa razón, no tenía la más mínima intención de cambiar su rutina.

Ese día había visitado la residencia, había supervisado las obras de la nueva ala de la clínica pediátrica en la que estaba colaborando, y se había hecho un tiempo para pasarlo con el pequeño Nahuel.

Katniss había vivido el parto de ese niño de principio a fin, y era por eso que el pequeño era tan amado como si fuera su propio hijo. El hecho de que además fuese un pequeñín muy listo y simpático, era un plus.

En ese momento sólo quería cenar algo antes de encerrarse en su despacho para dar un vistazo a las cuentas del hotel.

Había bajado bastante de peso ya que este último mes había descuidado mucho su alimentación, pero tras la preocupación de sus amigos Charlotte y Mark, se obligaba a no saltarse las comidas, aunque no siempre lo hacía.

Entró al restaurante y se sentó en el sitio más alejado de la barra, su lugar preferido.

- ¿Qué te sirvo, Katniss? - le pregunto el camarero que estaba tras la barra

- Mmm, lo que sea - dijo apática abriendo el periódico que había traído consigo desde la recepción

- ¿Lo que sea? ¿Y me aseguras que comerás lo que te sirva? - preguntó el hombre que también estaba preocupado ante la evidente pérdida de peso de la chica

Katniss sonrió ante el atrevimiento del hombre.

- Sí, pero no te pases, eh

Peeta estaba sentado en el reservado más apartado del restaurante.

Había llegado esa tarde al hotel y se había instalado. Para su fortuna, la recepcionista que le había recibido era nueva y no le había conocido. Fue sencillo alojarse sin que nadie se lo dijera a Katniss. Fue sencillo también preguntar por Katniss sin llamar demasiado la atención.

La chica le informó que Katniss no pasaba mucho tiempo en el hotel, aunque acostumbraba cenar y desayunar en el restaurante del hotel.

Ya estaba pensando en retirarse resignado por no haberla visto.

Cuando al fin decidió que la buscaría a la mañana siguiente a la hora del desayuno, la vio entrar. Su corazón se aceleró al verla.

Estaba preciosa, tal como él la recordaba aunque quizás un poco más delgada.

Vestía unos vaqueros pitillo y un jersey azul que parecía muy abrigado. Sus Converse negras completaban su atuendo.

Tenía el cabello recogido en un moño flojo, que dejaba caer unos suaves mechones que enmarcaban su rostro.

La vio comer el sándwich y la ensalada que el camarero dejó frente a ella.

Inspiró profundamente bebiéndose el último trago de su cerveza para infundirse valor, cuando la vio dar el último bocado a su comida y el camarero retiró los platos dejándole una taza de café.

Cogió la carpeta que llevaba consigo para Katniss y se levantó.

Se acercó a ella lentamente. No habló hasta que estuvo de pie detrás de ella.

Katniss sostenía la taza entre sus dedos mientras leía el periódico.

- Hola, Katniss - la saludó nervioso

La herederaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora