Capitulo 8

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Katniss se dejo resbalar pegada al respaldo del sofá hasta quedar sentada en el suelo.

Escondió el rostro en sus rodillas y dejó salir el llanto.

No podía entender lo que le pasaba, lo que estaba haciendo. Peeta le gustaba, mucho, pero no quería tenerlo cerca.

Sabía que su padre no aceptaría que hubiera ningún tipo de relación entre ellos, y no podía arruinar la carrera de Peeta sólo por el odio que su padre sentía por ella, y estaba segura de que Brutus lo intentaría.

Por otra parte estaba segura de que ella no era la mujer que Peeta necesitaba. Él tenía que estar con una chica como Delly Catwright. Ella no iba a entrometerse.

Pensó en las palabras de Annie de la noche anterior. Desde que tenía memoria buscaba vengarse de su padre. Vengar tantos años de indiferencia. Hasta ahora le había ido bien, pero ahora temía perderse algo bueno sólo por su estúpida venganza.

Venganza. ¡Qué tontería! Sabía que no era eso lo que intentaba, aunque no se atreviese a reconocérselo.

Ella quería que su padre la quisiese, la amase, pero no sabía cómo lograrlo.

¡Qué ironía! Tan lista que era, y era incapaz de lograr que su padre se fijase o se interesase por ella.

Tal vez debió estudiar psicología o algo que le ayudase a entender a su padre y a ella misma.

Maldita la hora en que conoció a Peeta Mellark. Maldita la hora en que se fijó en él. Maldita la hora en que él se fijó en ella.

Entonces decidió hacer lo mejor que podía hacer para alejar a la gente. Provocar un escándalo.

Enfundada en un vestido de ajustadísima lycra color verde, se montó en los diez centímetros de tacón de sus Jimmy Choo y se apareció en el Midnight Sun, el bar de copas de moda, donde había quedado en encontrarse con Marvel Ateara III.

Marvel se había sorprendido por su llamada, pero había estado más que ansioso por verla.

Ya había pasado la medianoche, cuando bajó del coche de Marvel, y éste la acompañó hasta la puerta de su bloque.

- Princesa – ronroneó él en su oído apretándola contra él – No sé si podré perdonarte que me dejes en este estado.

- Lo siento, Marvel – se disculpó con su risita tonta – Pero sabes que mañana tengo un desfile. Te prometo que te lo compensaré – dijo deslizando sus labios por la dura mandíbula masculina

- Estaré esperando, muñeca. – gruñó él cuando ella entró en el edificio

Había estado cuatro horas con Marvel y sus amigos, y en ese tiempo le habían tomado más fotografías comprometidas de las que podía recordar.

No había habido nada entre ellos, pero estaba segura de que las fotos sugerían que debían haber acabado teniendo sexo en el lavabo del bar. Nada más lejos de la realidad.

- ¿Dónde estabas, Katniss? – preguntó Annie molesta cuando cerró la puerta

- Lo siento, Annie, no quería despertarte – dijo y vio a Finnick de pie detrás de Annie mirándola acusador – Oh, Finnick, no sabía que estabas aquí – rió burlona

- ¿Con quién estabas, Katniss? – indagó Annie

- Salí con unos amigos – dijo a modo de explicación

- ¿Qué amigos?

- Ya sabes, unos amigos de aquí y de allá

- ¿Con quién saliste, Katniss?

La herederaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora