Capitulo 42

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Los nervios de su estómago subieron hasta su garganta. Eso, sumado al aroma del café, la obligó a correr al fregadero de la cocina y devolver el almuerzo que había comido un par de horas antes.

Brutus la observó con indiferencia.

Se enjuagó la boca y se mojó el rostro de espaldas a su padre. Cogió una servilleta de papel y se secó la cara antes de volverse hacia el hombre que había dejado su lugar en el sofá y la observaba desde el otro lado de la isla.

Katniss inspiró profundamente para calmarse antes de dirigirse a su padre con toda la frialdad que fue capaz de reunir.

- A ver si lo he entendido bien - dijo con calma pasmosa - ¿Me estás pidiendo que convenza a Peeta de quedarnos en la ciudad para que trabaje para Everdeen?

- Digamos que sí - reconoció - Ha sido el mejor director general que hemos tenido y estoy seguro de que él adoraba ese puesto. El hecho de que las acciones no sean suyas no quiere decir que no podamos contratarlo. Tendríamos la seguridad de que haría lo mejor para Everdeen.

- Dios mío - se quejó Katniss - Y yo que creí que venías a pedirme que no me fuera porque querías tener una relación conmigo, o al menos con mi hijo - dijo soltando una risa sarcástica

- No sé qué tiene eso que ver. Estamos hablando de un tema serio y urgente.

- Para mí, tu maldita empresa no es un tema serio ni urgente

- No es solamente mi empresa - le recordó - Tengo entendido que la fundación dueña de la mitad del paquete accionario está relacionada contigo.

- Vete de mi casa, Brutus - dijo caminando hacia la puerta

- Espera, Katniss. Hablemos de esto, sé que podemos llegar a un acuerdo

- No pienso llegar a nada contigo. Te prometo que no influiré en Peeta. Le dejaré decidir por sí mismo si quiere aceptar el puesto que le ofreces o no.

- Sabes que él hará lo que tú desees

- No voy a sentirme culpable porque haya UNA persona en este mundo que desee que yo sea feliz- gruñó cuando las lágrimas la desbordaron

- No te comportes como una niña, Katniss - dijo condescendiente

- ¡Vete al infierno, Brutus! - gritó hastiada - Voy a comportarme como una niña, porque nunca me permití hacerlo. Voy a comportarme como la niña de seis años que era cuando me desterraste de mi vida, de mi casa y de todo lo que me era conocido. Voy a ser egoísta. Voy a ser caprichosa. Y voy a hacer lo que me de la gana, y voy a gritar y patalear para salirme con la mía - chilló cada vez más furiosa

La puerta del departamento se abrió entonces dando paso a Peeta.

- ¿Qué sucede aquí? - indagó molesto acercándose presuroso a Katniss mientras observaba a Brutus curioso

Rodeó a su mujer con sus brazos apretándola contra su pecho. Katniss se aferró a él y hundió su rostro en su pecho dejando salir su llanto.

- Kat, cielo, ¿qué sucede?

- Haz que se vaya - imploró llorosa

Peeta miró a su suegro implacable.

- Vete, Brutus - ordenó sin dudar

- Espera un momento, Peeta - discutió el momento - Tenemos que hablar. Katniss, - dijo dirigiéndose a su hija - no es lo que crees, tienes que escucharme

La herederaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora