Capitulo 44

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Habían pasado tres días desde que Connor y Katniss habían recibido el alta, y poco a poco estaban adaptándose a su nueva vida en casa.

En esos días habían llegado Prim y Cato con Mayselee y para el día siguiente esperaban la llegada de Finnick y Annie.

Katniss estaba en la habitación de Connor con Effie, Prim y Charlotte que había llegado de visita como cada día desde el nacimiento. Mayselee sentada en el suelo junto a la mecedora de Katniss observaba con atención cómo ésta amamantaba a su pequeño primo.

Peeta bajó para encontrarse con su padre y Cato que veían las noticias en el salón.

- ¿Y las mujeres? - sonrió Haymitch al verlo entrar

- Todas alrededor de Connor - sonrió a su vez con indulgencia

- ¿A qué hora hay que recoger a Finnick y Annie mañana?

- Llegarán a última hora de la tarde. Parece ser que no consiguieron nada más temprano.

Estuvieron un rato simplemente viendo las noticias mientras Haymitch se debatía buscando la mejor forma de encarar el tema que tenía pendiente con su hijo.

- Peeta, hay algo que debes saber - le informó llamando la atención de Peeta

Le observó curioso viendo el rostro incómodo de Cato, que develaba que le ocultaban algo no del todo agradable.

- ¿Qué? ¿Qué sucede? - indagó interesado

- Finnick y Annie no vienen solos

- ¿No vienen solos? - preguntó extrañado - ¿Qué quieres decir? ¿Quién viene con ellos? - dijo aunque sus palabras le obligaron a imaginar la respuesta

Haymitch le observó atento permitiéndole descubrir por sí solo la respuesta a su pregunta.

- No. No lo digas.

- Está muy arrepentido de todo, Peeta. Quiere conocer a su nieto. Es comprensible.

- ¿Es comprensible? - espetó Peeta molesto

- Cálmate - aconsejó Haymitch

- ¿Que me calme? ¿Cómo puedes pedirme que me calme? - gruñó entre dientes bajando la voz para que Katniss no les escuchara desde la planta superior - No entiendo, Haymitch. ¿Cómo vas a decirme que es comprensible? Lo único que yo comprendo es que sigue sin importarle nada de su hija. ¿Quién es él para decidir presentarse aquí sin avisar? Está imponiéndonos su presencia, imponiéndosela a Katniss, obligándola a verle.

- Peeta, no le habéis dejado opción. Ha intentado hablar con Katniss pero tanto ella como tú os habéis negado siquiera a darle su número de teléfono.

- Nunca hizo nada por ella - protestó - Pero claro, ahora él decide que quiere verla y entonces ella debe simplemente acceder, ¿no?

- No es así, Peeta. Pero ¿cómo quieres tú que Brutus haga algo para arreglar las cosas con Katniss? Sé razonable.

- No me apetece ser razonable en este tema - dijo poniéndose de pie y acusando a su padre con su dedo - No me apetece, ¿y sabes por qué? Porque he sido yo quien ha visto sufrir a mi mujer durante el último año y medio. Porque ella ha cargado con ese sufrimiento durante más de veinte años. Porque hace un año estuve a punto de perderla por culpa de ese hombre, por su maldad, por su odio irracional hacia la única persona que le ha amado durante veinte años, sin que se lo mereciera.

- No puedes prohibirle verlos, Peeta.

- Claro que puedo. Y lo haré si eso va a herir a Katniss.

La herederaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora