Llevó las manos al broche de su sujetador y lo abrió. Se separó de ella para terminar de desvestirla. Completamente desnuda se ruborizó ante su escrutinio.

- Eres preciosa - dijo tumbándose a su lado recorriendo su pecho con los dedos

- Aún estás vestido - se quejó ella desabotonando su camisa

- Deberé poner remedio a eso- sonrió él y se desvistió con rapidez

Deslizó sus dedos por el plano vientre de la chica hasta alcanzar su sexo. Sin dejar de mirarla a los ojos comenzó a acariciar el henchido botón de su clítoris.

Katniss jadeaba nerviosa sin alejar su vista de él. Separó las piernas de manera inconsciente facilitándole el acceso a su cuerpo.

La penetró con un dedo y la acarició sorprendiéndose al ver su tímida reacción. Se acostó sobre ella y la besó con ternura.

Katniss sintió la punta de su miembro empujando contra sus pliegues.

- ¿Estás preparada, cariño?- preguntó ansioso sabiendo que no sería capaz de mantener unos extensos preliminares

Ella asintió nerviosa y volvió a extrañarle su rigidez. Estiró una mano hasta alcanzar su pantalón y sacó un preservativo que enfundó en su erección.

Bajó una mano para deslizarla por el muslo levantando la pierna femenina y anclándola en su cintura.

En esa posición los labios íntimos de la chica se separaron un poco y su pene los invadió. Pensó en hacerlo lentamente, consciente de que su nivel de excitación lo llevaría al orgasmo demasiado pronto si no se calmaba.

Llevaba meses deseando a esa chica como nunca había deseado a nadie, y temía que nunca volvería a desear a nadie igual.

Tan lento como le fue posible la penetró. Su cavidad, increíblemente estrecha fue ensanchándose a su paso y arremetió hasta encontrarse completamente en su interior. Fue entonces, cuando se tomó un minuto para respirar, cuando reparó en la chica debajo de él.

Katniss estaba tensa, sus ojos fuertemente cerrados y sus dientes mordiendo su labio inferior.

- ¿Katniss? - le llamó preocupado y la chica le miró

Al abrir sus párpados dos tímidas lágrimas rodaron por sus sienes hasta perderse en sus cabellos.

- Katniss, cariño, ¿estás bien? - indagó consternado y entonces lo comprendió.

Comprendió su timidez, comprendió sus respingos cuando la acariciaba íntimamente, comprendió la resistencia de su cuerpo.

- Es tu primera vez - aventuró entre confundido y temeroso

La chica no le contestó. Se la veía apenada y avergonzada.

- ¿Es tu primera vez? - repitió interrogante

- Sí - respondió en un susurro

- ¡Diablos! - se quejó él dejando caer la cabeza en el hombro de ella -¿Por qué no me lo dijiste, cariño?- preguntó volviendo a mirarla

- Lo siento -confesó ella

- No, Katniss, yo lo siento. Debiste decírmelo. ¿Por qué no lo hiciste?

- No habrías querido hacerlo conmigo de habértelo dicho

- Oh, cielo, me sobreestimas. No soy tan noble. Estoy deseando hacerte el amor desde la primera vez que te vi, no me habría detenido porque fueras virgen, pero pude haberlo hecho más despacio. Intentar que fuera menos doloroso para ti.

La herederaWhere stories live. Discover now