- Tu no sabes nada acerca del amor, ni siquiera lo has experimentado - dijo orgulloso.

- No, pero no soy cobarde, tú si lo eres, no se necesita ser sabio para saber lo que significa el amor, soy vampiro pero no estúpido y no, no lo he experimentado, tengo cosas más importantes en que pensar que en el amor- me miró mal. -La perderás Johann y cuando eso pase te vas a acordar de este día, te darás cuenta que tuve razón, aunque siempre la tengo, sólo espero que el día que eso pase no te arrepientas- le advertí, le di la espalda y continué caminando por la calle adoquinada.

Llegamos al castillo tranquilamente, después de aquella charla motivacional con Johann decidí darle más tiempo.

- Me alegra saber que ya están de regreso- dijo Irina bajando las escaleras- hace un frío insoportable afuera, al menos ustedes tienen no lo sienten- dijo frotando sus brazos.

- Una ventaja, deberías tener un abrigo para evitar el frío, recuerda que puedes enfermarte- dije al mirar su vestido con algunas piedras incrustadas, su vestido era ligero y tenía bordados color negro decorando la parte baja del mismo junto con la pequeña cola que arrastraba, el vestido color hueso la hacia ver más pálida de lo normal.

Johann se limitó a mirar.

- Que descansen- dijo con frialdad, era obvio que quería mantener la distancia con Irina por el tema que toqué intencionalmente antes de llegar.

- Johann- le llamé antes de subir el primer escalón, dio media vuelta con cierto fastidio y me miró.

- ¿Qué necesitas? - miré sus ojos profundizando nuestra conexión y le hice saber que hablaría a menos que el hiciera algo al respecto.

- Tú sabes que necesito... - negó y como soy un hombre de pocas palabras volví mi vista a Irina- Irina- la miré.

- Dime- parecía confundida con nuestra guerra de miradas...

- Johann quiere decirte algo, algo que lo esta volviendo loco por dentro- agregué para después retirarme. -Los dejo hablar tranquilamente, me retiro a mis aposentos, que tengan una linda noche y Johann... No hagas que me arrepienta de traerte de la muerte mañana ¿Quieres? - sin más subí mis escaleras no sin antes recibir una mirada fulminante de Johann me acerqué pasando a su lado y susurré rápidamente en su oido- Es toda tuya, has lo mejor que sabes hacer- sonreí y seguí hasta quedar en el pasillo que conectaba a las escaleras, me quedé a un lado esperando a que Johann escupiera su verdad.

- ¿Y de que quieres hablar? - preguntó Irina, Johann parecía tenso, nervioso, furioso conmigo y agradecido al mismo tiempo, yo había provocado esta situación para obligarle a dar el siguiente paso.

- Yo... ni si quiera se por donde empezar- dijo rascando su cabellera castaña.

- Puedes empezar diciéndome que demonios les pasa a ti y a Florian- dijo de mala gana, cruzando sus manos sobre el pecho esperando respuestas.

- Ese es el problema, que no puedo empezar por ahí porque temo que ese es el final- la miró con seriedad.

- ¡Hombres! ¿Quién demonios los entiende? No puedo creer que después de mis casi 700 años siga sorprendiendome que los hombres no sepan expresarse- Irina parecía furiosa.

- Creo que me iré a dormir - dijo Johann evadiendo el tema.

- Tu no vas a ningún lado, estoy esperando a que me digas... lo que sea que vallas a decirme- dijo Irina con seguridad y autoridad, ahora Johann no podría negarse.

- Deja las cosas como están, no quiero arruinarlo- sonrió falsamente para poder escapar de todo, dio media vuelta para subir las escaleras y darse por vencido.

Soy un maldito, lo sé.Место, где живут истории. Откройте их для себя