- ¡Wow! - soltó en un suspiro - ¿Y eso cómo ha sido? - indagó curioso

Katniss levantó la mirada y le observó insolente.

- No me lo gané por acostarme con nadie. -aclaró molesta

- Yo no he dicho eso, ni siquiera lo he pensado.

- Todos lo piensan - espetó - Todos creen que si eres guapa todo lo consigues metiéndote en la cama de todo el mundo. Los contratos de trabajo, porque te acuestas con tu representante, los vestidos que te regalan los diseñadores, es porque te acuestas con ellos, y estoy segura de que si la prensa supiera que tengo un título en finanzas, dirían que me fui a la cama del rector de la universidad, lo que sería divertido y un escándalo digno de mí ya que el rector de la universidad de Cambridge es el Duque de Edimburgo, el marido de la reina de Inglaterra, nada menos.

- Tienes un doctorado en Cambridge - dijo ignorando su comentario jocoso

- Sí, lo tengo

- ¿Y cómo es que tu padre no lo sabe? ¿Cómo es que nunca salió a la luz en la prensa? Ya trabajabas como modelo cuando estabas en la universidad

- Estudié con un acuerdo de confidencialidad y bajo el nombre de soltera de mi madre

- ¿Por qué?

- Porque no quería que la prensa lo supiera. No quería que especularan con que me lo había ganado por mi apellido y no por mi esfuerzo y mis capacidades.

- ¿Y tu padre? ¿Por qué no querías que lo supiera tu padre?

- Mi padre lo sabría si hubiese abierto alguna de las cartas que mi abuela le enviaba con mis calificaciones y mis logros

- No te entiendo - dijo observándola a través de sus ojos entrecerrados

- Cuando mi abuela murió encontré todas las cartas que le envió a mi padre, sin abrir en un cajón de su escritorio.

- ¿Por qué no se lo has dicho, Katniss? ¿Por qué dejas que piense que eras una tonta caprichosa?

- No lo entenderías

- Explícamelo - exigió

- No es de tu incumbencia, Peeta. Ese es un problema entre Brutus y yo.

Peeta se recostó en su asiento observándola impasible.

- Tienes razón, no es de mi incumbencia - aceptó después de un momento

Octavia entró entonces con tres dossiers que dejó frente a Peeta.

- Bien - dijo cambiando de tema y cogiendo la primera carpeta - Mañana debo viajar a Chicago pero volveré el jueves. Voy a visitar una planta papelera en la que habíamos pensado en invertir, estaría bien que vinieras conmigo.

- ¿Yo? - preguntó con sorpresa

- Sí, al fin y al cabo tendrás que ver los informes después, sería bueno que lo vieras de primera mano

- Si no te importa preferiría quedarme en la ciudad. Ya sabes, por Brutus. Podrían llamarme si despertase, o si hubiese novedades - explicó

- Tienes razón, tal vez lo mejor sea que estés aquí.

Se sumergieron en el trabajo. Peeta le enseñó los proyectos que tenían en mente y le dejó los dossiers para que ella los analizara.

Era tarde cuando Octavia les interrumpió para decirle a Peeta que se iba y darle las últimas indicaciones de su viaje.

La herederaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora