- El carruaje le espera señor Einst- dijo el ama de llaves, no contesté, era una sirvienta bien pagada y no merecía si quiera que la voltease a ver, sólo caminé hacia la puerta entrando al cómodo carruaje color negro lleno de olanes y pedrería, el chófer iba bien vestido, llevaba dos preciosos caballos pura sangre color negro también, todos con sus accesorios necesarios para llamar la atención.

Irina y Johann no tardaron en llegar al carruaje, tomé la mano de Irina para ayudarle a subir mientras Johann hacia exactamente lo mismo por fuera.

- Odio tanto esas cosas, todo lo que ustedes las mujeres llevan para hacer los vestidos más pomposos, aunque ya lo son- señalé el artefacto que Irina trataba de ocultar acomodando los metros de tela blanca sobre la misma estructura.

- Lo sé señor, pero aunque a usted no le agrade es necesario- sonrió dulcemente para hacerme entender que también a ella le incomodaba, a ella le gustaba usar vestidos sueltos y capuchas, nada de cosas ostentosas, en eso éramos bastante parecidos los tres pues Johann era otro de nuestro estilo.

- Bien, vámonos ahora, terminemos con esto de una buena vez, que pasé lo que tenga que pasar- dije con desdén.

- ¿A que se refiere señor? - preguntó Johann intrigado.

- No hagas preguntas y dile al chófer que se apresure antes de que le arranque el corazón y lo devore mientras me ve hacerlo- mi mal humor era evidente, Johan asintió.

- Vámonos German- dijo Johann acomodando su traje, sonriendo a Irina para después ver por la ventana el camino.

El chófer arrancó el carruaje llevándonos hasta el Castillo donde la nobleza había oficiado su estúpido festejo. Pasaron 45 minutos en un silencio abrumador en los que in silencio inminente y lleno de tensión se hacía palpable dentro de el carruaje, me odié por el simple hecho de ser yo quien provocara eso.

Por fin llegamos al castillo de la familia Graham, unos nobles que sepultarían próximamente a su condesa, el olor a muerte lo percibí quinientos metros antes de llegar, quizás ella moriría esta misma noche, al estar en una época tan dura era obvio que a nadie le importaba, ni siquiera a ella, pues la fiesta era de lo más normal.

El carruaje se detuvo frente a los escalones del castillo que triplicaba el tamaño del mío, era basto y lujoso, el mío carecía de lujos, decoración o algo parecido, creo que lo más lujoso que mi castillo tuvo fue nuestras vestimentas una hora antes de llegar a este infierno. Bajamos del carruaje ayudando a Irina a bajar, las cuentas de su vestido resultaban en las jóvenes que llegaban al castillo esperando algún pretendiente o enamorado que viniese a ofrecerles un Palacio lleno de tesoros y lujos a los cuales estaban acostumbradas, las miradas llenas de envidia se hacían cada ves más obvias.

- Irina- me detuve en seco, supuestamente arreglaba el traje que cargaba haciendo a Johann e Irina esperar detrás mío.

-¿Diga señor? - parecía confundida, pues hablábamos susurrando.

- Relájate, ellos nos miran con desdén, saben que venimos de abajo, que recién comenzamos, necesito que ambos.. - miré a Johann e Irina mientras ellos asentían. - Que ambos se den aires de grandeza, sientanse poderosos, si no lo hacen los harán pedazos- dije serio sin prestar mucha atención en los demás - Recuerden que los nobles son peores que Satán, que se den aires de pureza y de humanos regidos por el ámbito religioso no quiere decir que lo sean. - ambos asintieron y en un chasquido los tenia caminando como tigres de bengala en la selva. Mirando a todos como ellos los miraron al principio, sin nerviosismo, relajando sus gestos para volverlos duros como el concreto.

Entramos al castilo que como antes mencioné estaba lleno de lujos, lleno de velas y candelabros que iluminaba cada rincón del mismo, era gigante a comparación del mío, aunque bastante aburrido, ¿Para qué necesitaba los nobles tanto espacio? Dudé un momento que fuera pasa este tipo de eventos sociales pues, al parecer estábamos todos presentes en el salón principal y sobraba más de la mitad del espacio.

Soy un maldito, lo sé.Where stories live. Discover now