Treinta y dos

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Antes

Prometido.

La palabra recorría la mente de Thiago, dando vueltas y vueltas, trayendo un sentimiento amargo, que comenzaba a molestarle. La sorpresa también se deslizaba dentro, pero la decepción era quien reinaba.

Y los celos.

Estúpidos, malditos celos, jamás había sentido algo así.

Los celos son lo peor. ¡Ella se iba a casar! ¡Y no me lo dijo!

Celeste por algún motivo descartó aquella parte de la historia, se podía decir que le había mentido por omisión. Un compromiso era demasiado importante, pues significaba un amor perdurable, un para siempre.

Y esa clase de amor no se olvidaba así de fácil.

¿Como podría el competir contra un amor así?

No. Esto no es una competencia, ella no es un objeto, es una persona, que vive, respira, sufre, ama... odia.

Se sentía celoso, egoísta, malhumorado y demás. No ayudaba el hecho que Celeste desapareció con las muchachas que gritaron atrocidades delante de todos en la tienda..., y pese a las tres horas que transcurrieron después de eso, Celeste no volvió y Thiago no dejaba de sentirse preocupado e inquieto, y un poco frustrado consigo mismo por sentir celos.

Pero esos celos no se detenían, porque una parte oscura de sí mismo, le susurraba con voz maliciosa: si él no estuviese postrado en una cama, inconsciente, ella no estuviese aquí, amándote.

...

¿Qué opinan sobre estos celos repentinos de Thiago? ¿Qué opinan acerca de Celeste, puesto que no le contó a Thiago sobre su casamiento? ö

Espero sus respuestas! No olviden votar, por fa. Hagamos que la historia crezca un poco más para atraer nuevos lectores! Se los agradecería muchísimo, abrazos! ♥


Entre Versos y Lágrimas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora