Seis

1K 73 3
                                    

Antes

Escribía para ella cuando se encontraba de buen humor, cuando sus sentimientos por ella comenzaron a florecer, a manifestarse. Thiago no podía ver las señales todavía, pues se sumía en su dolor constantemente.

Le gustaba leer poemas en voz alta y solo pensaba en sus padres. Su papá había muerto cuando él tenía tres años y su madre fue asesinada el año pasado. En esa misma casa.

Las personas del pueblo reaccionaron de distintas maneras, pero la más notable había sido el odio hacia Thiago. Todo el mundo se atrevió a acusarlo de haber asesinado a su propia madre, para él era inconcebible los límites a los que podían llegar los prejuicios humanos.

A causa de aquello, algo en él se partió desde entonces, su dolor se intensificó, pero se ocultó a sí mismo en su casa. Trabajaba en una carpintería fuera del pueblo, apenas tenía dinero para comer; pero eso era lo de menos. Ahora, saliendo de la casa con la intención de visitar un lugar público, no sabía si le había invadido el pánico o la felicidad. Antes de Celeste, él no se interesaba demasiado en lo que las personas pensaran de él, aunque debía admitir que la soledad era notable, se sentía cómodo en su entorno.

Cuando entraron a aquel peculiar establecimiento, donde personas de todas las edades se atrevían a erguirse en medio de un escenario para exhibir sus pensamientos y emociones por medio de la poesía, nadie prestó atención en su rostro, la tinta en sus brazos, la incredulidad en su expresión, las perforaciones en su alma..., miró a Celeste, y ella le brindó una cálida y hermosa sonrisa, una que no había visto jamás, una que jamás le había dedicado.

Una que le infundía un sinfín de sentimientos, donde predominaba la esperanza.

Entre Versos y Lágrimas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora