- No hace falta - bufó molesta - Te veré mañana- dijo antes de cortar la comunicación con rabia.

.

.

.

Katniss tiró el teléfono sobre el sofá furiosa.

- No entiendo por qué lo haces, Kat - le recriminó Annie - ¿Qué querías lograr? ¿Que tu padre se pusiera furioso? Ya lo has hecho.

- No fue mi padre quien me llamó - aclaró

- Lo imagino. Pero es como si lo fuera. Por qué te haces esto, ¿Kat? ¿Por qué no eres sincera con tu padre? Él estaría orgulloso de la mujer que eres.

- ¿Tú crees? - preguntó irónica

- Si tan solo le dieras una oportunidad...

- Le he dado oportunidades, Annie, cientos de ellas durante años. Mi abuela le enviaba copia de mis diplomas, de mis calificaciones. Lo hizo desde el primer día, hasta que murió y yo cursaba mi penúltimo año en la universidad. Nunca tuvo nada que decir. Ni siquiera sabe que fui a la universidad.

- Fuiste a la universidad con un acuerdo de confidencialidad y bajo el nombre de tu madre - se quejó su amiga - ¿Cómo iba a saberlo?

- Mags se lo notificó, pero él nunca abrió siquiera el sobre.

- Estoy segura de que estaría muy orgulloso de ti si supiera todo lo que has logrado

- No quiero que me quiera por ser rica o por ser buena en los negocios.

- Al menos podría respetarte porque eres dueña de la cadena en la que ha invertido hace dos años y que está incrementando su fortuna.

Katniss sonrió por la ironía. Su padre siempre la había criticado por deshacerse de la empresa de cosméticos que su abuelo materno había fundado y que ella había heredado al morir su abuela.

Brutus no sabía que con una pequeña parte de ese dinero había comprado una pequeña cadena de hoteles que había crecido al doble de su tamaño y le daba importantes beneficios.

Dos años atrás, Everdeen Investments había adquirido una pequeña participación en ella, después de que el representante legal de Katniss les hiciera una propuesta.

El resto del dinero que obtuvo con la venta de M.D. Cosmetics, lo utilizó para construir en Namibia, una residencia para jóvenes mujeres víctimas de todo tipo de abusos y violencia, en honor a Rue, la pequeña que su abuela había apadrinado cuando ella era una niña y que se había convertido en la hermana que Katniss nunca había tenido.

Para su labor en la residencia contaba con la colaboración del doctor Mark Gerandy, quien era a su vez el dueño de la clínica de la cual había salido Katniss, cuando los paparazzis la fotografiaron inventando la ya famosa historia del aborto, que una enfermera de allí había avalado.

.

.

.

- Esa niña me desespera - comentó Peeta esa noche mientras cenaba con su familia

- Es una estúpida consentida - aceptó Prim -Nunca entenderé por qué tiene tanta fama, si no hace más que provocar escándalos.

- Yo nunca he trabajado con ella, pero todos dicen que profesionalmente es la mejor. Todos los diseñadores quieren tenerla - acotó Delly

Delly Catwright, la mejor amiga de Prim, quien quería emparejarla con su hermano Peeta, trabajaba para Seneca Crane desde hacía seis meses, y ésta sería su primera semana de la moda. Katniss desfilaría para ellos como cada año, por lo que Delly la conocería personalmente en unos pocos días.

La herederaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora