Capítulo 6: Quejosas.

Depuis le début
                                    

La cortina del café se hizo a un lado y vislumbré a Byron ingresar por ella.

Me levanté y me acerqué a él, al tiempo que todos aplaudían y lo felicitaban.

-Gracias, chicos -rió y parecía avergonzado de tanta atención-. Déjenlo ya.

-Felicidades, Byron. ¿En qué posición estás ahora?

-Tienes que estar muy arriba. -afirmó Cleo.

-Bueno...

-Contrólense un poco, ¿quieren? -Espetó Zane-. Cielos...

- ¡Oye, Zane! -Escuché decir a Lewis- Estás seco, debes sentirte raro.

-Sólo ignórenlo. -aconsejó Byron.

Estuvimos hablando sobre sus entrenamientos y su desempeño en el surf hasta que noté que las cosas entre Lewis y Zane se volvieron más tensas.

-Déjalo, Lewis. -me acerqué a ellos, deteniéndome a un costado del rubio.

-Tiene razón. No merece la pena -intervino alguien colocándose en medio de ambos-, ¿conseguirás que cambie? No lo creo.

Era él. El chico de la playa.

Lewis asintió, volviendo a sentarse, pero Zane permaneció inmóvil, mirando al chico con disgusto.

- ¿Y a ti quien te ha llamado, eh?

-Déjalo ya, Zane. -insistí.

-Madura de una vez. -espetó Byron.

Zane lo enfrentó con desafío.

-Tú no me dices que hacer.

-Es hora de que te vayas, Zane. -advirtió Wilfred tomando a Zane de un brazo. Él se soltó de su agarre y sin borrar la sonrisa y elevando las manos en son de paz, salió del local.

- ¿Todo bien?

-Sí, gracias por evitar una pelea -le sonreí-. Sabes, él es así, no le hagas caso.

-Lo he notado... En fin, me llamo Nic -se presentó aunque, no hacía falta, pues yo ya sabía quién era-. Supongo que ya lo sabes, nos habíamos visto antes. -hice un gesto pensativo y asentí.

-Claro -repuse-, estamos en la misma clase.

-Eso también, de hecho -concordó el mientras formaba una sonrisa-. Creo que nos vimos en la playa el otro día, ¿no?

Por supuesto que lo recordaba. Estaba en la parte de mi memoria que prefería enterrar bajo tierra.

-Claro, claro, si -exclamé riendo un poco. Así que lo recordaba, ¡rayos! -. Lamento haberlos dejado así.

-Bien, fue muy repentino -me miró confuso, ladeando la cabeza-, ¿por qué lo hiciste? Te lanzaste al agua y desapareciste en cuestión de segundos. Aunque fue impresionante, dio un poco de miedo cuando nunca apareciste.

¿Por qué iba convertirme en pez en medio de una multitud? ¡Duh!

-Bueno, yo... - ¿qué podría decir? - recordé que tenía algo que hacer... algo muy importante. -sonreí. No era la respuesta más brillante, para que negar, pero bastaba para que no hiciera preguntas al respecto.

No sé en qué momento nos sentamos a conversar con Cleo y Lewis de todo un poco, resulta que Nic era el tipo de persona, según noté, que no excluía a nadie en sus conversaciones.

-Y, ¿has pensado en participar de las competencias de la Costa? -Me preguntó Nic-. Creo que te iría muy bien. Si nadas como surfeas... -rió.

-La verdad no -Cleo miró de reojo-. El surf no es lo mío.

H2O, sirenas del mar; La Otra SirenaOù les histoires vivent. Découvrez maintenant