─Draco... ─empecé cuidadosamente, porque él estaba empezando a asustarme seriamente y no tenía ni idea de porque estaba tan asustado. Draco estaba temblando contra mí, la habitación haciendo eco a causa de las secuelas de sus chillidos y ahora estaba llena de solo su incontrolable respiración. Podía sentir su corazón latiendo a través de su pecho contra el mío.

─Él... él... ─la voz de Draco era tan silenciosa y ronca que sabía que estaba al borde de las lágrimas, sus palabras se embarullaban mientras intentaba sacar alguna cosa─ Tú-Sabes-Quién, él... él te mató, yo...

Y entonces se rompió y tuvo que tragar fuerte, todavía jadeando por aire como si no hubiera suficiente habitación para respirar. No dije nada, mis ojos abiertos como platos mientras Draco luchaba por mantenerse a sí mismo junto. Intentó hablar de nuevo, su voz rompiéndose mientras decía: ─Y él estaba... él estaba haciéndome mirar, pero yo... yo no podía conseguir que él... que él parara...

─Hey, está bien ─susurré rápidamente, finalmente alcanzándolo y poniendo mis brazos a su alrededor. Froté su espalda suavemente para conseguir que parara de temblar mientras decía cuidadosamente contra su oreja─ Era solo un sueño. No era real.

Draco estaba ahora intentando esconder el hecho de que había estado llorando, limpiando debajo de sus ojos desde detrás de mi espalda para que no pudiera verlo. Mientras intentaba mantenerse, seguí diciéndole que no había sido real, que ambos estábamos bien. Sentí su corazón latir lentamente de vuelta a la normalidad y su respiración se calmó, la habitación sonando mucho más tranquila ahora que sus jadeos no estaban llenando el aire.

Le ayudé a que se tumbara de nuevo, inclinándome levemente sobre la cama para ayudarle a sentarse de nuevo contra las almohadas. Él se abalanzó hacia mí y se sostuvo contra mi brazo cuando intenté alejarme, lo miré un poco asustada y pregunté: ─¿Estás bien?

─Sí. Estoy bien ahora ─Draco me dijo silenciosamente, sus ojos sin parpadear mientras me miraba; como si estuviera bebiendo la imagen de mi ser.

Soñolientamente, le dirigí a su mano una pequeña sacudida y dije: ─Está bien. ¿Quieres que me vaya?

─¿Qué? No ─Draco dijo rápidamente, apretando más fuerte su agarre en mi mano cuando empecé a alejarme. Y por primera vez, vi el leve lado vulnerable de Draco mientras me miraba con preocupación y me suplicaba─ Por favor, quédate conmigo. No te vayas.

Estaba moviéndome para tumbarme a su lado cuando me di cuenta de que estaba sin camiseta. Sonrojándome y silenciosamente esperando que pasara desapercibido en la oscuridad, murmuré: ─Es casi la mañana... ¿no estás preocupado de que tus padres, uhm, ya sabes...?

─Eve ─Draco me interrumpió cuidadosamente─ No puedo estar solo ahora.

Así que, finalmente, me lo permití a mí misma y trepé hacia el interior de la cama a su lado, mi piel quemando cuando sus dedos rozaron mi hombro mientras tiraba de la sábana para taparnos a ambos. Me estremecí levemente ante el repentino calor de la sábana, sin darme cuenta del frío que había estado pasando de pie en el frío aire de la noche.

Mis pies fríos accidentalmente rozaron contra la pierna de Draco y él se sacudió, alejándose de mí, exclamando: ─Jesús, tus pies están congelados.

─Lo siento ─espeté rápidamente, pero estábamos ambos sonriendo así que no me sentí culpable. Y de hecho estaba agradecida, porque él estaba finalmente sonriendo de nuevo.

Draco se desplazó en la cama y descansó su cabeza sobre la almohada así que estaba solamente a unos pocos centímetros de mí, nuestras respiraciones mezclándose cálidamente entre los dos. Tomé sus manos en las mías y corrí mis pulgares sobre sus nudillos, diciéndole suavemente: ─Vuelve a dormir.

Little BirdWhere stories live. Discover now