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—Maravilloso. —dijo Justin entre un suspiro.

—Definitivamente... nunca olvidare tu rostro... fue maravilloso, Justin tu... eres...

—El mejor, si lo se gracias, me gusta oír eso preciosa. —hablo el engreído —ahora a dormir o mañana no podremos levantarnos.

Pero ella si pudo levantarse, él fue quien se quedo dormido, el que no pudo abrir los ojos, se quedo un buen rato observando a ese hombre, ese hombre al que... dios Anne es cierto, lo amas, a él, a Justin Bieber, después de odiarlo, en realidad nunca lo odio, era mas bien una defensa, pero después de llevarse tan mal, aquí estaba, más honesta que nunca, y él la quería, no se permitiría dudarlo o pensar, simplemente lo viviría y si tenia que arriesgarse lo haría, él valía la pena tomar el riesgo o como dicen apostarlo todo. Le dio un beso en la barbilla y salió rápidamente rumbo a la casa de Brenda.

Nunca en su vida había estado tan decidida, ni siquiera iba a pensar en el tema, no quería que su cabeza la hiciera dudar, todo estaba bien y seguiría asi, entro en la casa y aun quedaban chicos por aquí y por allá pera nadie estaba interesado en ella y era mucho mejor así.

Subió hasta el cuarto y entro silenciosamente, todas las chicas estaban dormidas por lo que anduvo de puntillas, tomo su bolsa y sus tenis de un rincón, luego fue al cuarto de baño, tomo su cepillo dental, cuando iba saliendo la detuvieron.

—¿Te quedaste con Justin? —susurro Tay.

—Taylor mira yo...

—No esta bien, no me molesta... me alegra... ¿Te quedaste con él? ¿Te vas con él?

—Bueno si... yo... —no sabia si decirle a Tay, pero era lo que ella quería. —quiero jugarme por Justin y...

—Vete, vete ahora yo diré que te devolviste... por que te llamo tu papa, no dudes él te quiere.

Con una sonrisa salió corriendo, nada podría detenerla, salió de la casa bajo la mirada sorprendida de Emily, pero no le importaba, por que al salir tomo un taxi y ella no se enteraría de nada, solo quería verlo y abrazarlo, necesita sentir sus brazos sosteniéndola, necesitaba su olor, su calor, lo único quería en ese momento era a él y solo a el.

Entro en la habitación del hotel, todo estaba en silencio, debía seguir dormido, bueno se tumbaría junto a él y esperaría que despertara para besarlo.
Abrió la puerta del cuarto y lo encontró sentado en la cama con las manos en la cara.

—Dije que no quería el desayuno. —espetó él.

—No lo traigo pero si tengo hambre.

—Estas aquí. —dijo él mientras se levantaba y la miraba.

Ella avanzo hasta él, Justin tenia la mirada desesperada y no le gusto verlo asi, y daba gracias de poder recibir su abrazo en ese momento, corrió junto a él, y sus brazos la rodearon como quería, como iba soñando, como recordaba, su calor, su olor y el bum bum de su corazón la calmaron.

—Creí que te habías ido, creí que te arrepentiste, que escapabas... que...

—Solo fui por mis cosas, quiero quedarme aquí contigo el resto del fin de semana.

—Si... juntos, gracias.

El la tenía fuertemente abrazada, y besaba su cabello, sentía como se iba lentamente controlando su respiración, su corazón, sus músculos.

—Podemos rentar un bote, ¿Te gustaría ir a navegar Anne?

—No me importa Justin, mientras estemos juntos.

Y nada importo, navegaron y pasearon por la playa, juntos, siempre juntos, un fin de semana como sacado de un sueño.

Al pagar la habitación les desearon una buena ceremonia, él había dicho que era su prometida, esperaba que todo fuera bien entre ellos, aún no pensaba en matrimonio pero si Justin se lo pidiese, no se negaría, aunque esperaba que no fuera muy pronto, quería tener un noviazgo primero.

Acéptalo, Eres mía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora