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La soltó y salió caminando hacia el camino para la playa, se molesto, sabia que estaría enfadado pero, no quería que nadie lo supiera, no quería los murmullos ni los comentarios, además aun no se fiaba de Justin, aun podía ver en su mente las caras de burla hacia ella, si el estaba jugando todos se burlarían, dirían que había caído en las garras de Justin Bieber, que incluso ella se rendía ante él.

Cuando la oscuridad de la noche ya casi se tragaba a Justin ella salió tras él, cuando salió supo que hizo bien, habían varias parejas por el camino a la playa, y en la playa, aunque cerca de la casa.

Él iba por la orilla del mar a varios metros de la ultima pareja, camino lento para que nadie los notara, pero cuando ya la última pareja casi no se veía apuro el paso hasta donde él estaba.

—Creí que no venias. —hablo.

—¿Estás enfadado aún? —pregunte acercandome solo un poco.

—No importa.

Pero iba de brazos cruzados y no la miraba, estaba de pie mirando el mar o mejor dicho la oscuridad, sus zapatos estaban en la arena a unos metros y el agua mojaba sus pies, se quito sus tenis y se puso junto a él.

—No te enfades.

—El sonido del mar me relaja. —contesto ignorandola.

—Si es rítmico. —dije siguiendo la corriente. —Justin mírame. Yo... no puedo evitarlo, se que... vamos Justin sabes que tienes fama... solo intento. ¿dame tiempo sí?

Él giro la cara y la miro, pero seguía con los brazos cruzados y su mirada era hermética, no estaba entregando nada, ni recibiendo, él estaba molesto, furioso y la evadía completamente, no le gustaba, odiaba que se cerrará a ella, quería mas de él, mucho mas, lo quería todo.

Él seguía mirándola, había una mezcla de furia y dolor en su mirada, y estaba totalmente cercado, estaba levantando un muro tan alto entre ellos que le quitaba la respiración, sabia que tenía la culpa pero ¿Qué se puede hacer con los miedos, la inseguridad, la desconfianza? El había logrado plantar en ella todo eso, él era el único culpable de esa distancia. Pero este tiempo era de ella y no le iba a permitir apartarse.

Le toco el brazo y el bíceps se tenso y endureció inmediatamente, podía sentirlo aunque él llevaba una chaqueta de cuero, él estaba tenso, pero ignoro el rechazo de su cuerpo, deslizo su mano por todo su brazo hasta alcanzar la mano de Justin, entrelazo los dedos aún cuando el no quiso girarla para dejar palma con palma, tiro de ella lentamente, el muro se iba quebrajando a su vez, él soltó sus brazos y cayeron relajados a sus lados y su mirada se volvía mas dulce pero aún estaba esa furia y dolor en ella. Ella siguió tirando de su mano, apoyándola en su cadera, en su cintura y dejándola ahí descansando, subió su mano pero esta vez de forma mas atrevida por su brazo, hasta el cuello, los ojos de Justin estaban negros, con sus pupilas dilatadas y la mirada dulce se volvía caliente, su otra mano se deslizo por el cinturón, y luego subió por su costado, bajo la playera, la piel de Justin estaba caliente y sus músculos tensos, dios le gustaba tocarlo, le gustaba que su toque provocara que él se estremeciera, que separara los labios para respirar por la boca, que cerrara los ojos y que le obedeciera inmediatamente cuando ella lo jalo, estaban frente a frente.

—Me rindo. —dijo suspirando mientras la jalaba de la cintura, una mano en su cadera jalándola como si fuera su salvación, la otra vagaba en su espalda, bajo su blusa, y él busco su boca, su mano quedo atrapada bajo su playera sobre su pecho, el corazón de Justin latía como loco y su piel se volvía mas caliente, se besaron hasta que no les quedo aire, y solo ahí el soltó su boca para tomar una bocanada de aire.

—Me gusta besarte. —hable rozando sus labios.

—Entonces hazlo.

—Mis pies están fríos...

Ambos miraron sus pies, mojados por el agua salada, él la cargo y camino con ella hasta donde tenían sus zapatos, luego la sentó en la arena y el se sentó junto a ella, le cubrió los pies con arena.

—Así se secan. —contesto con una sonrisa.

Luego cubrió los suyos, pero ella lo tomo de la barbilla y lo obligo a mirarla, se acerco y lo beso, estaba nerviosa pero lo hizo, lo beso como él la besaba a ella, ardiente. Como un viejo zorro el sabia que hacer, se recostó llevándola con el, sobre él, pero no le importo, siguió besándolo, no le importo que las manos de Justin recorrieran su espalda, ni que le agarrara el trasero, ni que la apretara contra él, le gustaba que la tocara, le gustaba que el la necesitara.

Estaba besándolo muy dulcemente cuando él se giro violentamente, dejándola bajo él, la boca en su garganta, su lengua danzando sobre su piel, sus manos acariciando sus senos, dios era el paraíso, él volvía a besarla en la boca, a mordisquearle los labios, la barbilla, el cuello, bajo la oreja, dios su lengua era maravillosa, estaba enamorada total y completamente de esa lengua, espera un momento el no estaba trabajando en ella.

—Demonios. Viene alguien, con una linterna.

—¿Dónde? —pregunte enderezandome.

Miro justo por debajo del brazo de Justin y en efecto venia alguien, mas bien tres personas, tres chicas por las siluetas, venían con una linterna y la luz iba para todos lados, los iban a descubrir. Podía escuchar los comentarios, la pescaron en la noche en la playa con Justin en ello, si no es que les ponían más condimentos a los comentarios, maldita sea, los murmullos cada vez que pasará.

—Ven toma ponte esto.

Lo miro y él le estaba entregando su chaqueta, la miro y aunque no comprendía nada se la puso por inercia.

—No déjate el cabello dentro y quédate tras de mi, pase lo que pase ponte tras de mi. Están muy cerca para que escapes, venga levantémonos.

Hizo exactamente lo que le pedía Justin, se escondió tras él, bueno no tanto como esconderse pues era obvio que estaba ahí pero al menos no verían quien era, la luz cada vez estaba mas cerca al igual que las voces, chicas, lo escucho maldecir y tensarse pero no le pregunto que le pasaba por que lo escucho carraspear y las voces estaban justo frente a ellos.

—Quítame esa luz de los ojos Emily. —masculló Justin cubriéndose la cara con las manos.

—Miren lo que nos trajo la marea. —hablo Caitlin poniendo una mano en su cadera.

—Justy con una gata en la playa. —dijo Becca colocándose del lado de Caitlin.

Maldita sea.

Acéptalo, Eres mía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora