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Esto de hacerse él dormido no estaba tan mal después de todo ¿Ella quiso besarlo? Soñó todas las noches durante mas de un mes que ese beso... Se hacia realidad, lo recordaba como si fuera el día anterior.

Él estaba tumbado en el piso y Caitlin era Julieta, el le había dado un beso antes de matarse en la tumba de los Capuleto pero Caitlin era una pésima actriz, se suponía que él tomaba el veneno y ella despertaba, que se daban un último beso pero Caitlin... El profesor llamo a Anne para que le enseñara a Caitlin y ella se acerco pero no lo beso. El fingió con ella por arrogancia, luego hizo que todo el mundo supiera que no la beso, le hizo creer a todos que ella, que le producía repugnancia, aun recordaba sus palabras y las pronuncio tan fuerte para que llegaran a oídos de Cole, lo quería lejos de ella y lo consiguió.

¿Pero a que precio? A esa mirada que lo perseguía en sus sueños, había cometido error tras error con ella, y los había pagado todos, con dolor, con su alma.

Pero ahora eso no era lo importante, lo importante era esa boca que estaba trabajando sobre él, apenas y podía mantener los ojos cerrados y controlar su respiración, ella recorría desde bajo su oreja hasta el hombro rosando sus labios. Dios esto debía ser una tortura, ahora ella estaba besando su garganta, pasando su lengua hasta la barbilla, tuvo que retorcer la sabana dentro de su puño para resistir sin que ella se diera cuenta. Dios quería matarlo.

Su lengua caliente vagaba sobre su pecho, escucho su exclamación y quiso reírse pero se trago las risas, ella había pasado la lengua sobre su tetilla, y esta se endureció inmediatamente, realmente estaba verde, Dios esos dientes, ahora estaba atormentándolo lamiendo su pezón. Ahora fue por el otro dejando un camino húmedo por donde pasaba su lengua, no pudo evitar tomar una gran bocanada de aire y ahora ella no lo tocaba, sentía su mirada clavada en su rostro pero por nada del mundo abriría los ojos. Mucho menos cuando sus dedos estaban acariciando su dorso.

—Tengo un millón de cosas por aprender, tu duerme mientras yo investigo.

Y acompaño ese parlamento descubriendo su cuerpo, el cobertor estaba abultado en sus pies, era una verdadera tortura, por lo menos el fresco aliviaba el calor de su sangre, pero la mano de Anne seguía un extraño mapa por su barriga, su vientre y el vello que lo cubría, ella volvió a exclamar y sabia muy bien por que, al parecer también estaba despierto, o despertando, sintió un dedo sobre su falo, Dios ella no iba a tocarlo.

—Es suave... caliente... nunca pensé que fuera suave...

Dijo la condenada mientras un dedo subía y bajaba a lo largo de su miembro, toda la cordura lo estaba abandonando y no era nada bueno, lo tomó en su mano, ella ignoro su gemido mezclado con un gruñido, ella lo estaba ignorando o estaba tan entretenida con "su nuevo juguete".

Al parecer a su niña le entretenía ver como animaba a su nuevo amigo, el por otra parte estaba a punto de tener colapsar, todo su cuerpo se estremeció cuando ella se atrevió a pasar un tierno dedo sobre la cabeza de su miembro, eso ya era mas de lo que podía aguantar, con un gruñido la jalo de la cintura sobre él.

—Lo siento amor pero ya no resisto.

—Yo solo...

Parecía avergonzada, la condenada era capas de cubrir sus mejillas con un sonrojo después de estarse dando un banquete con él, le tomo del cuello y se levanto para besarla, ambos estaban a medio camino.

—Puedes seguir tu excursión luego pero ahora paga el ticket...

—¿El ticket? —pregunto ella confundida.

—¿Acaso no soy la mejor atracción de la feria?

—Me da pena...

—Bésame...

Y la pena que decía sentir desapareció cuando empezó a besarlo.


Anne.

Se moría de vergüenza de solo pensar que él estaba despierto, eso le pasaba por curiosa, dios estaba tan... deseosa, no sabia por que pero sentía que estaba bien, tocarlo estaba bien.

Cuando su, su... Anne vamos dilo si ya te familiarizaste con el, bien cuando su pene se empezó a levantar y a estirar, Dios era fascinante, no pudo evitar tocarlo, era suave y no le daba repelús como pensó antes.

—Vamos llévame dentro de ti... hazme tú el amor esta vez Anne.

Estaba a horcajadas sobre él ¿el quería... quería...? Dios estaba sobre... no es que no supiera que se podía hacer de mil formas pero ella no sabia... bien Anne no puedes ir de cría toda la vida, se levanto e intento hacer lo que él decía pero su... eso... si eso se movía y no quería ir donde debía, no es que no le gustara que vagabundeara solo pero... él le cerro el ojo ¿Qué pretendía? La estaba retando, dios el siempre estaba retándola.

Estiro la mano y con una sonrisa le acaricio el vientre, él lleno sus pulmones de aire, y sus pupilas se dilataron, tomo su miembro en su mano y lo guió hasta ella, hasta donde debía estar cuando ella se sentía si. Alzo las caderas y las dejo bajar lentamente, verlo cerrar los ojos y respirar fuerte era el paraíso, empezó a moverse lentamente y él seguía igual, tirando su cara hacia atrás, estrangulando las sabanas mientras ella tomaba su placer, subía y bajaba sobre él, tomándolo en su interior hasta la empuñadura, mas de el... más y más de él.

Verlo con espasmos de placer y esos rugidos retumbando en su pecho, nunca mas estaría insegura en su vida.

Nunca olvidaría esta experiencia, verlo de esa forma, completamente vulnerable en su placer, dios el gruño, un grito por lo que ella le hacia, nadie podía fingir tan bien, nunca mas dudaría de su capacidad de satisfacerlo. Aún estaba bastante verde pero podía aprender y él parecía contento, levanto la mirada y le dedico una sonrisa, llevaba varios minutos con su cabeza sobre su hombro dándole vuelta a sus expresiones de placer...

Acéptalo, Eres mía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora