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Llevaba por lo menos diez minutos despierta, tumbada en su costado derecho mirando la nada, debía ser temprano aún, él tenia su mano sobre su seno izquierdo y estaba pegado a su cuerpo, a su espalda, podía sentir su cosa contra su trasero, había escuchado que era normal pero la estaba desquiciando y demonios esa mano acariciaba su seno tan delicadamente, de vez en cuando atrapaba entre sus dedos su pezón y ella apretaba las piernas por ese fuego liquido que sentía entre ellas, pero ya era hora de volver a la realidad y debía escapar de ese cuarto antes de que alguien se diera cuenta. Se giro, le costo que el aflojara los brazos pero por fin pudo moverse. lo malo es que el apoyo su cabeza en su pecho, entre sus senos y se acomodo como un gatito.

—¡Justin! Vamos guapo déjame salir... es tarde... —hable, tratando de moverlo.

—Mmm perdámonos unas horas... esta es la segunda vez que veo esta carita en mi almohada y quiero disfrutarlo... quiero un cuadro así... tu tumbada aquí con tu pelo esparcido en mi almohada... quedemos un rato más.

—Claro y la mitad de las chicas de esta Academia estarían en fila fuera de este cuarto, ya muévete...

—Cualquiera pensaría que hasta tu estarías de mejor humor por las mañanas... —sentencio alzando la cabeza.

—¿Qué quieres decir?

—Las mañanas son para los mimos y si no me das ni un solo beso no saldrás de aquí.

Y dicho esto la abrazo más firme y cerró los ojos, pero ella no quería pelear, mucho menos al ver su cabello revuelto, sus cachetes rosados, esa carita arrogante y esa sonrisa de capricho que lo hacia tan sexy, empezó a jugar con su cabello mientras el acariciaba su barriga, le provocaba cosquillas y no pudo evitar reírse, el se detuvo y la miro, cuando por fin pudo controlar su risa el seguía mirándola con una expresión... dios incluso parecía brillar, le robo el aliento con el beso que le dio, si antes pensó que el sabia besar ahora estaba en el cielo, más, con el siempre quería más.

Sabia que él estaba mirándola y por eso las manos le temblaban, el seguía tumbado con una sudadera y sus bóxer sobre las colchas con la vista fija en ella, todo era su culpa y ahi estaba tan cándido como siempre con su estupida cara de arrogante engreído ego maníaco y exasperante chico, si él no la hubiera besado ella habría escapado antes de que el pasillo se llenara de voces, no saldría vestida asi ni por todo el oro del mundo. Revolvió mas los cajones del estupido Bieber hasta encontrar unos pants gris claro delgados, no recordaba haberlo visto con pants en su vida.

—Son nuevos... me los regalo Lindsay para deportes... no me gustan...

—¿Lindsay? —pregunte.

—Mi cuñada... ¿estas celosa? —dijo soriendo.

—No solo que no me pondré nada de otra chica.

Se calzo los pants y dejo la pretina del pantaloncito a la vista, era un toque Deep, luego lo doblo en las piernas hasta dejarlo a mitad de su pierna, por suerte vino con condoritas y no con pantuflas, siguió revolviendo los cajones y le arrojo a él un jeans azul oscuro que le quedaba especialmente sexy.

—Vístete de una vez por todas por favo... por si no sabes tenemos clases.

Y con una risotada se levanto y se calzo los jeans para luego sentarse en la cama y seguir mirándola.

—Te ves sexy así.

—No saldré con esta sudadera de tu cuarto. —masculle señalando la sudadera.

Tomo una playera algo vieja y la miro de todos los ángulos, no era una de sus playeras habituales por lo que no levantaría sospechas.

—¿Valor sentimental?

—No... no recordaba traer esa playera...

—Lo que sea... ¿tienes tijeras?

—Sobre el escritorio... ¿Qué vas a hacer? —pregunto el un tanto alarmado

—Darle un toque Deep.

La corto y ajusto como pudo, cuando se la puso maldijo con rabia, le quedo corta... no demasiado pero corta, alcanzaba a verse su ombligo y no estaba segura del aspecto, su sudadera no se veía pero ese era el punto, esta tendría que hacer de brasier en la clase y no estaba segura tampoco, pero ya no había tiempo.

—Tenemos baile moderno, estas, se podría decir que es tu ropa, aunque una chica debería lucir mejor sus curvas ¿Cómo me veo? —pregunto él.

—Da igual ahora prepárate a salir -dije mirandolo —bien, te ves bien.

El le dedico una sonrisa y ella se mordió el labio, no era justo que siempre se viera bien, camisa sobre una playera blanca. Si el tenia un estilo extraño pues era algo ñoño para vestirse pero se veía sexy de todas formas... ¿una chica debería lucir sus curvas? ¿Qué quiso decir con eso? ¿estaba criticando su ropa? diablos si, ella se vestia comoda y casi nunca de forma sexy por que era muy incomodo y el estaba acostumbrado a chicas.

Abrió la puerta y frunció el ceño al dar un paso fuera del cuarto, había un grupo de chicas que contuvieron el aliento al verla, pero ella rápidamente se giro y le grito a Justin.

—Deja de reírte estupido, eres un cerdo sexista, deja de reírte imbécil, no se en que momento se me ocurrió venir a tu cuarto.

—Crees que me encanta verte la cara por las mañanas Deep. —contesto él.

—Un día de estos te matare.

—Quizás me suicide si tengo que seguir soportándote latina, apestas a cerdo por si no lo has notado creo que ni siquiera te duchaste esta mañana.

—Y yo creo que tu opinión no me interesa puerco arrogante.

Se giro directo al salón de baile moderno, bastardo arrogante apestas a cerdo, crees que me encanta verte la cara por las mañanas, dios el estuvo jugando con fuego y era un maldito egocéntrico, llego a su clase bastante cabreada, y no miro a nadie, mucho menos a él pero no pudo librarse de sus amigas y compañeras de cuarto al terminar la clase y estas la arrinconaron en los camerinos.

—¿Dime que no hiciste una locura anoche Anne? —pregunto Sophia tomándola del brazo.

—¿Tu que crees? No llego anoche. —dijo Taylor cruzándose de brazos.

—No sabia que tenía niñera.

—No seas injusta, somos tus amigas y nos preocupamos ¿estas bien? —preguntó Sophia.

—Como dice Sophia nos preocupamos... —dijo Mackenzie girandome para que pudiera verla —tu no sueles...

—No hice ninguna locura ok. —conteste cortandolas —simplemente no llegue... ahora vamos a nuestra siguiente clase.

-

Estaba coreando con Mike pero no podía concentrarse, había despertado varias veces en la noche y se sintió tan rara con él junto a ella, no quería adorarlo pero era tan difícil no hacerlo, estando dormido era como un dulce, un helado, una canción, estiro la mano para tocarlo un millón de veces pero no pudo hacerlo, dios el chico era, era una adicción, apenas y podía contenerse, la seducción, la tentación, dios no podría luchar contra él ¿A quien engañaba? El era un tornado y arrasaba con todo, aun no sabia por que él la tenia en la mira, por que había despertado su deseo, curiosidad... interés...

Acéptalo, Eres mía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora