El secreto de Cignus [Terminado✅️]

Capítulo 41

♧♧♧

¿Es el final?

Kayla en el suelo gritaba como si estuviera siendo apuñalada pero nadie estaba haciéndole daño, al menos no directamente, las sombras tomaron a John poniéndole de pie.

Nix intentó encender la luz de la luna pero no la dejaron, las sombras fueron más rápidas y la sometieron al igual que a Tyr, Thot se puso lentamente de pie tomando su abdomen del lado derecho. Este utilizó su poder para poder detener algunas sombras.

Amanda al ver todo el panorama supo que era su momento, con toda la concentración que pudo reunir tomó la energía que este lugar le brindaba, un poder llenó su cuerpo, sus ojos se iluminaron como en la sala.

—Aquí acaba todo. —soltó Amanda atacando a Farida con todo el poder que pudo reunir en ese momento poco bastó cuando ella lo desvió.

En sus manos Farida tomó la energía que Amanda le lanzó, todos los demás quedaron sorprendidos por lo que Amanda había hecho, nadie lo esperaba, eso les dio la confianza para seguir con su lucha. Farida en cambio dio una risita burlona sin humo.

—No por gusto he estado robando la energía de Metis.

Y esa era razón por la cual Metis sufría apagones a diario justo a la misma hora 11:11.

Con gran destreza Farida atacó a Asteria pero esta con agilidad se movió hasta quedar frente a Nix, en esa posición Farida volvió a atacar con su poder, pero ambas se lanzaron al suelo y esta acabó con sus sombras.

Farida lanzaba ataques y Amanda los desviaba, estratégicamente se colocaba en lugares donde las sombras estaban y así ella misma acaba con sus sombras.

Después de cuatro ataques la sala estaba un tanto destrozada, con Tyr, Thot y Nix liberados de las sombras, Batrice y John fueron junto a Kayla, ellos no tenía poder para defenderse de los ataques de Farida.

Beatrice cerraba los ojos cada vez que Amanda era atacada, pero Amanda puso en practica todo lo aprendido y los chicos al lado la ayudaban a retener a la soberana, ellos eran fuertes pero no más que la soberana por algo esta señora era casi inmortal e indestructible, ella se había devorado a su linaje.

—Dile a tu hermana que se apresure. —urgió Thot.

Alessandro era la clave de esto, con el se acabaría todo, mientras los ataques de la soberana aumentaban, las defensas de los chicos eran más fuertes, su plan cansarla para luego atacar con todo lo que ellos tenían.

Por otro lado a unos metros del palacio, Thurno y Peiton estaban de camino a la casa de Thurno donde Alessandro se encontraba, pero de camino a ese lugar se encontraron con un hombre.

No querían perder el tiempo, para ellos el tiempo valía más que el Palladium, decidieron alejar de ese hombre pero él no tenía las mismas intensiones.

—Hola ¿saben dónde me encuentro?

Ambos se vieron los caras, confundidos por la pregunta del hombre, se detuvieron y se giraron para verlo.

—Me llamo Cornelius, ¿me podrían decir, dónde estoy?

Thurno y Peiton no querían problemas con nadie, y ese nombre a Thurno se le hacía conocido, quizá lo escuchó cuando estaba con Simone, pero sin perder más el tiempo decidieron ayudarlo a llegar a la salida, lo mejor era alejarlo de ese lugar.

Tras caminar más, llegaron a su destino, la casa de Thurno los esperaba con un Alessandro perturbado en aquella misma habitación, con cuidado se acercaron a la puerta, Thurno entraría y Peito accionaría el sistema que le devolvería los recuerdos y le daría el poder de su mente a Alessandro.

Al abrirse la puerta, ambos sabían que Alessandro atacaría a Thurno por ello tenía que ser rápido para cerrar la puerta y Peito tenía que se rápida para activar el sistema, el tiempo apremiaba.

En ello estaban cuando un mensaje de su hermana Nix llegó a su mente, «Debes traer a Alessandro al palacio, apresúrate, no tenemos mucho tiempo», Peito se preocupó, no por su hermana si no por el plan, nada salió como se esperaba.

Como si alguien quisiera burlarse de ellos, Alessandro salió corriendo sin darles tiempo de reaccionar,

—¿Puede empeorar?

—No digas eso Peito, fuera de Cignus he descubierto que al decir eso todo se jode más.

No había tiempo de hablar, Peito se comunicó con Nix para decirle lo que había ocurrido, ellos lo irían a buscar pero necesitaba que ellos supieran que no llegarían pronto.

En el palacio los ataques no paraban, la soberana tras años de vivir no parecía ni por asomo cansada, ella tenía la fuerza suficiente para seguir todo el día, y eso es lo que haría pero y los chicos ¿podrían hacerlo?

John, Beatrice y Kayla trataban de alejarse del lugar de la pelea, aunque querían ayudar a su hija no podían hacer nada, ellos no eran excepcionales como su preciosa hija, a unos pasos de la puerta de salida un lazo de energía se enrolla en los brazos de Beatrice atrayéndola hacia atrás.

Kayla intentó tomar a su hija pero no se lo permitió un florero que venía hacia su cabeza, John corrió hacia Beatrice logró tomar pero no por mucho tiempo, un fuerte golpe impidió que siguiera luchando por su ex-esposa.

Beatrice permanecía levitando a unos metros del suelo sujetada por sus brazos, ella luchaba por excavar de esa situación, Amanda vio a su madre y utilizó el poder de Tyr a su favor.

Lanzó una espada hacía Farida esta de una manera ágil la pudo evadir, pero Amanda tomó más espadas y las fue tirando hacia Farida, pero ella podía evadir cada una de ellas.

—Esto fue suficiente. —gritó Farida lanzando una onda de energía que los lanzó por los aires.

Amanda se levantó para confrontar a su abuela.

—Esto ha sido suficiente, tu poder junto con tu reinado terminan ahora. —Amanda le devolvió la onda de energía, esta vez haciendo que Beatrice cayera.

—No te equivoques preciosa, conmigo no se juega.

Tras pronunciar sus palabras levantó a Beatrice por los aires y la atravesó con una lanza de energía, Beatrice soltó un grito y cayó al suelo con sangre saliendo de su pecho.

—¡MAMÁ! —gritó Amanda corriendo hacia ella.

La tomó de la cabeza y se arrodilló hasta poner su frente sobre la de su madre, las lagrimas de Amanda nublaron su visión pero le permitió poner sus manos encima de la herida para intentar detener el sangrando.

—Mi amor, preciosa, te amo nunca lo olvides.

—No mamá, no —lloraba Amanda—. Por favor, quédate conmigo.

—Mi chiquita, aléjate de Cignus.

Fueron sus últimas palabras, tras un suspiro cansado Beatrice perdió la vida en las pierna de su hija por causa de la abuela de Amanda.

♧♧♧