El secreto de Cignus [Terminado✅️]

Capítulo 9

Enfrenta tu verdad y tu presente, conquista tu nueva vida.

Los cambios suelen asustar.

A la mañana siguiente, las cosas extrañas no tardaron en hacerse presentes, al despertar, los ojos de Amanda fueron segados por una niebla espesa, tomó su móvil como pudo, encendiendo la linterna de este para poder ir hacia la puerta, aún con el pijama puesto se dirigió a la puerta, al salir de su habitación escuchó voces provenientes de la cocina.

«¿Que es eso?»

—¡Quietos! —la voz de una chica hizo eco por aquellas escaleras donde Amanda bajaba con cautela.

Al llegar al último escalón, Amanda tomó un paraguas que se encontraba al pie de la mesa al lado de la escalera.

«Qué iba hacer con aquel paraguas?» se preguntó al percatarse de una voz más, esta vez era una voz ronca, masculina.

No, no era una voz conocida, tampoco le resultaba familiar y en ese instante una tercera voz se sumó.

—¡Calma, por el amor de Gea! —esa voz si sabía de quien se trataba, era de ese chico Try, Ty como fuese, el chico que la había visitado por la noche.

Temerosa se acercó un poco más, cuando llegó al umbral de la cocina, vio a un grupo de personas, conformado por una chica y dos chicos que permanecían sentados al rededor de la isla, los tres estaban comiendo un desayuno que sin duda fue preparado por su padre John. Al parecer su padre los había dejado entrar.

—¿Puedo probar eso? —la chica señaló los waffles del chico con heterocromía.

—¡No! come lo tuyo, —la chica se abalanzó con tenedor en mano a los waffles del pobre chico indefenso—. ¡déjame en paz, Nix! —sentencio con una voz amenazante.

Amanda no pudo evitar poner lo ojos en blanco cansada de los "invitados". Tras verlos, bajó el paraguas dejándolo al lado de la puerta de la cocina.

—¡Que sensible Thot! —lo molestó Nix.

—¡Relájense! la chica está arriba durmiendo. —les recordó Tyr.

—Plácidamente —añadió ese tal Thot con gesto aburrido.

Amanda entró a la cocina, sin importarle la reacción de los tres, que se quedaron de piedra al verla, a Nix se le cayó el trocito de pan tostado que se estaba llevando a la boca en ese instante.

Los otros dos se vieron entre sí parándose como si hubieran cometido el peor de los delitos, como si hubiesen asesinado a alguien y los hubieran encontrado en pleno acto.

—No he querido interrumpir, sigan comiendo. —Soltó Amanda al verles las caras, continuó hasta la nevera de donde sacó una jarra de jugo.

—Perdona, ya recogemos todo. —Nix estaba a punto de hacer una reverencia cuando vio que Amanda abría los ojos como plato.

—No, no hagas... —respiró hondo al parar en seco a la pobre de Nix preguntándose ¿a qué se refería?—. Eso —señaló lo que estaba a punto de hacer Nix.