El secreto de Cignus [Terminado✅️]

Capítulo 18

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Farida Hard, alias «Cerina Eberhard»

Después de la conversación con Nix, Amanda regresó a la habitación, se acostó sobre la camilla con más preguntas, pero ahora pensando en la conversación que tendría con los chicos a la mañana siguiente. Hansen, luego de ver a Amanda de regresó, decidió que era hora de volver a descansar y así lo hizo, junto a su amado.

El gallo cantó, el sol salió y Amanda se preparó para salir del hospital, el último chequeo médico fue realizado, el alta estaba dada, sus padres salieron junto con ella, por segunda vez Beatrice no supo lo que le había ocurrido a su hija, últimamente estaba un tanto ocupada, pero no lo suficiente para su hija.

Al llegar a casa, ambos padres subieron a prepararse para un día más de trabajo, Amanda por su parte fue a la cocina a preparar un desayuno ligero y nutritivo para ella y sus padres, en menos de una hora se tenía que reunir con los chicos en la entra del bosque.

John fue el primero en aparecer en la cocina, seguido por Hansen, ambos estaban vestidos para un típico día en la oficina, ambos lucían un traje formal hecho a la medida que se les ajustada estupendo en los lugares correctores, sin duda ambos tenían una belleza que podría cautivar a cualquier dama o caballero.

Amanda estaba terminando de servir los jugos de naranja en los respectivos vasos de cristal, cuando su padre se plantó frente a ella. Al levantar la vista, Amanda pudo notar la mirada de enfado de ambos.

-¿Qué crees que haces, pequeña? -Hansen fue el primero en hablar.

-El desayuno. -respondió Amanda encogiéndose de hombros.

-De eso ya nos hemos dado cuenta. Tú, deberías estar descansando, no haciendo el desayuno. -Le reprendió John.

-¡Está bien!, descansaré por el resto de la tarde. -las palabras de Amanda eran para tranquilizar a John y Hansen, porque claro estaba que no iba a descansar.

Todos se sentaron, comieron y bebieron. Hansen fue el primero en terminar su desayuno, se despidió de John con un beso, pasando al lado de Amanda le depositó un beso sobre la frente susurrándole un «te cuidas». El siguiente en acabar fue John que recogió la mesa, enviando así a Amanda a su habitación a descansar.

Amanda esperó pacientemente que su padre saliera a su trabajo para poder ir a la cita con Nix, Tyr y Thot, que la esperaban en la entrada del bosque, al parecer ese era su lugar, su punto de reunión, donde cuando tuvieran algún problema se iban a encontrar, en la entrada del bosque.

Al escuchar el auto de su padre encender y continuamente ponerse en marcha, se apresuró a colocarse un jersey y calzarse sus zapatillas rosa, bajó las escaleras tomando en el proceso las llaves de la casa y un paraguas, al parecer ese día llovería.

Amanda quería llegar lo más pronto posible, no solo quería conocer lo que Nix y los otros le anunciarían, también quería comprobar con sus propios ojos, que Tyr estuviera en perfectas condiciones, o al menos que estuviera bien.

Las casas iban quedando atrás, la entrada del bosque se veía cada vez más cerca, Amanda se apresuró a llegar, en el punto de reunión estaba una sola persona. Tommy, Tommy estaba recostado sobre el tronco del sauce que custodia la entrada.

«¿Qué rayos hace Tommy en este lugar?» se preguntó Amanda, la repuesta a esta pregunta sí tenía una respuesta rápida, Tommy la vio regalándole una sonrisa de boca cerrada, Amanda no le devolvió la sonrisa, simplemente se acercó inspeccionándolo por completo.

-Tranquila chica misterio, no muerdo. -Tommy sonreía de lado mientras le hablaba a Amanda-. Pero otras cosas sí que puedo hacer.

Amanda no entendía nada de lo que ocurría, era la primera vez desde que lo conocía que pudo notar a un Tom extrovertido y pícaro a partes iguales, la mirada de Tommy recayó sobre Amanda tan intensa como si con solo ese hecho pudiera desnudar por completo el alma de Amanda.

-Tommy...

La voz de Tom se tomó por completo aquella parte del bosque interrumpiendo así a una Amanda que no entendía nada, absolutamente nada.

-Quieres respuestas ¿Cierto?

Amanda solo pudo asentir en respuesta.

-Bien, te las daré, pero antes una historia...

»El diez del mes diez del año mil diez, Cerina Eberhard con diez años, encontró un lugar donde ella ponía ser la persona que estaba destinada a ser quien era.

»Diez años antes, el día de su nacimiento un extraño cometa surcaba el cielo nocturno, el diez del mes décimo del año mil, ningún niño o niña aparte de Cerina nació, sus padres por tal motivo decidieron darle el nombre de Farida Hard, la noticia de la única niña nacida ese día fue pronto un revuelo, cada hospital de la cuidad y ciudades cercanas buscaron documentos de registro de las personas nacidas ese día, ¡vaya, sorpresa! Nadie más, absolutamente nadie había nacido ese mismo día.

»Por años se intentó dar explicación a aquel extraño fenómeno, pero nadie la encontró, quizá fue una coincidencia, quizá era el destino, justo cuando ella nació, el cielo fue iluminado por aquel comenta, nunca más se volvió a ver ese comenta hasta casi mil años más tarde.

»Farida Hard, el nombre que sus padre utilizaron para nombrar a la única nacida el diez del mes décimo del año mil, era una niña fuera de lo común, tenía visiones, podía crear el futuro, poseía magia, magia incomprendida para todos, pero jamás se dio cuenta de ellos. Los años pasaron, sus poderes se iban haciendo cada vez más y más fuertes.

»Un día, el día de su cumpleaños número diez Farida decidió salir a dar un paseo, mientras caminaba por las calles de la ciudad, tuvo una visión, un bosque, un camino, una casa rodeada de mil arboles preciosos con altas copas y troncos grises, las imágenes de su visión fueron pasando ante ella muy rápido, tan rápido que tuvo un mareo cayendo de rodillas.

»Al darse cuenta del lugar donde se encontraba, frente a un sauce, se puso de pie y se adentró al bosque, caminó y caminó sin descanso hasta llegar a una cueva, no entró, la rodeo y sin querer ella expandió el bosque, creando así una aldea al interior del bosque.

»Pasaron años donde solo ella sabía de la existencia de aquel lugar, a sus dieciocho años, sometió a todo el pueblo otorgándole poderes mágicos y encerrándolos en aquella aldea, en aquel anexo del bosque, a sus quince años se había dado cuenta que podía otorgar poderes, ella se volvió la dueña de esas personas.

-¿Qué tiene que ver todo esto conmigo? -cuestionó Amanda después de escuchar la historia de Tommy.

-Pues bien Amanda, verás -hizo una pausa para acercarse a Amanda, y decirle las siguientes palabras de una forma confidencial-. La aldea fue llamada Cignus.

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