Capítulo 38

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La vida es una historia, contada por varios.

Recuerda que según el autor, cumples un papel en su historia.

—La vida no es justa, para nadie pero a mí la vida me dio lo más injusto, todos me señalaron cuando se dieron cuenta que soy diferente.

»La gente siempre busca lo que te hace diferente y te jode, todos te dicen «no le hagas caso», ja como si fuera tan fácil, todos me veían como la villana, y si eso era para ellos pues iba a cumplir a la perfección mi papel.

La soberana de Cignus se puso de pie, todos los demás permanecieron en sus lugares.

—Creían que morí pero no, la vida tenía otros planes para mí, unos pueblerinos de Metis, los peores si me preguntan, los volvió parte de Cignus.

—¿Por qué,? Ellos te hacían daño, ¿Por qué los querías a tu lado?. —preguntó curiosa Amanda.

—Porque, no recordarían nada, eran seres nuevos, seres puestos y dispuestos para mí.

—Las sombras, tus guardias son habitantes de Metis, lo escavisaste.

—Ya lo he dicho, ellos me creían la villana pues eso sería para ellos.

—¿Y los habitantes de Cignus?, los que tienen poderes.

—Era gente enferma, al borde de la muerte, les di una nueva vida, aquí en Cignus. No recuerdan nada, sus memorias fueron borradas, pero estoy segura que todos estan agradecidos.

—Y ¿Qué hay de mí? —elevó John la voz.

—Aah, sí tú, por los últimos cientos de años me he trasformado, he tenido hijas y uno que otro hijo, creí que serías niña pero no

—Siendo un niño no te servía para deborar su energía ¿no? —Kayla interrumpió a la soberana.

—Tú sí sabes mi querida Kayla. No solo por eso sino también por el hecho que tu padre era de Metis.

—Quiero saber sobre él, crecí sabiendo que era adoptado, pero jámas supe sobre ustedes.

—Tu padre, un ser inferior, despreciable, él era uno de los lideres de los Sanguinarios de Metis, yo debía hacer algo, ¿sabes qué es aquello por lo cual los mortales dejan todo?

—El amor. —respondiá Amanda, sabiendo que por el amor que le tenía a sus padres mataría a su abuela.

—Exacto mi querida Asteria, los mortales dejando todo por el amor, bueno el que ellos creen que sienten, y tu padre no fue la excepcción, dejó todo por mí, alguien bueno para mi pueblo pero horrible para mí.

»Yo era la que estaba con él y no negaré que me encantaba, él sabía como enloquecerme, pero no sentía nada por él no más que deseo, y todos afuera me señalaban, según todos era mi debilidad.

»Un mal día me enteré de mi embarazo, por una parte eso era bueno, tendría una heredera para seguir viviendo pero resulta que no fuiste una niña si no un niño, no me servías.

»Los Sanguinarios de Metis iban a perpetuar un ataque, y tu padre Petter se fue, o no jaja, yo puse ese deseo y por un descuido murió, una pena, para mí un alivio, ahora solo tenía que deshacerme de ti.

»Todos creyeron que me lastimaba verte porque me recordabas a él, la empátia es un mal en el mundo, nadie custiona a alguien que llora la muerte de su esposo, nadie dice nada cuando te ponen a ti primero.

»Te dejé con alguien de Metis, debía tenerte cerca para controlar lo que hacías al fin de todo tienes sangre magica pero al parecer la sangre mortal de tu padre pudo más.

»Todo iba bien, hasta que esta apareció, resulta que Kayla tuvo una hija y tú te fijaste en ella, alejandote de mí, ya no sabía nada sobre tu vida, pero al estar lejos de Metis y de Log estabas a salvo.

»Una visión llegó a mí, tú destruyendo un pueblo, no debía permitir que eso pasará, era peligroso para Cignus, así que mi querido Hermes llego a mí a tú rescate, ¿Quieres acabar con esto? —preguntó la sobera tras dar toda esta información.

¿Quién era Hermes? Pasó por la cabeza de todos, nadie sabía de quien hablaba pero alguien sí que lo sabía, Hansen se puso de pie, caminó hasta quedar al lado de la soberana.

—Por favor, haz sido cruel al dejarme demasiado tiempo. —Respondió Hansen con una sorisa perversa.

Todos quedaron confundidos, ¿Qué estaba pasando? Nadie lo entendía, ¿Hansen no era Hansen?, John no podía creer lo que escuchaba, el hombre que creyó amar no era quien decía ser.

—¿Qué es esto, Hansen? —cuestionó John en un hilo de voz.

—Hermes. —corrigió—, soy el principe de Cignus, el heredero de la corona, aquel que permanecera a través del...

Su discurso fue interrumpido por una luz que salió de las manos de la soberana, elevandola hasta Hansen el cual levito, estando en el aire exploto, una descarga de energía fue su fin.

—Habla mucho, no me servía más. —fueron las crueles palabras de la soberana tras acabar con Hansen.

El color del rostro de John desapareció, al ver aquella escena, el hombre el cual amó ya no estaba, sin poder controlar su llanto se hizo presente, lagrimas gruesas corrían por sus mejillas.

Amanda cerró los ojos pero eso no impidió que las lagrimas cayeran, Beatrice dejó escapar un par de lagrimas antes de limpiarlas, Kayla vió de una manera féroz a la soberana, Cory por su parte solo pudo desviar la mirada, ¿Ese sería su destino?

—Los mortales son tan sentimentales. —murmuró la soberana tras ver a todos.

—Tú, eres una maldita desgraciada, ¿Cómo has podido hacerle eso? Eres un mounstruo, jámas serás mi madre, ella murió tú no eres nadie.

Eso podría haber lastimado a cualquiera pero no a la soberana, ella no tenía sentimientos, o si los tenía los ocultaba muy bien, pero no podemos decir lo mismo de su paciencia, con un movimiento mandó a John tras una puerta. Eso alertó a todos.

—Ya basta de juegos.

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El secreto de Cignus [Terminado✅️]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant