El secreto de Cignus [Terminado✅️]

Capítulo 5

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¿Encontrada?

La preocupación aumentaba a cada minuto que pasa. Ya habían pasados horas desde que Amanda salió de casa, por la tormenta John pensó que Amanda volvería pero no fue así, aun no regresaba.

Hansen y John decidieron ir a buscarla, Simone y Tommy siguen buscado a la chica castaña, en la cueva, Amanda escucha voces lejanas, confusas, inteligible, la hacen sentir la necesidad de huir, sin embargo sigue aturdida, le duele el cuerpo y no recuerda mucho de lo sucedido.

A lo lejos se escuchan pasos acercándose hasta donde ella se encuentra, el miedo aumenta cuando unos brazos la levantan, son cálidos pero desconocidos para Amanda.

John y Hansen arriban a la entrada del bosque, Simone y Tommy, se encuentran con ambos, la chica le explica mientras lo sucedido desde su encuentro hasta cuando la vio por última vez, mientras se adentran al bosque.

Todos se preparaban para buscarla, con linternas en manos y gritos recorrieron el camino hasta el punto donde fue la fiesta, sin respuesta alguna deciden que mejor es separarse, cada adulto irá con un chico. Simone y John van al sur, mientras Tommy y Hansen van al norte, cubriendo mayor campo.

Los ojos de Amanda se abrieron, lo primero que ve es oscuridad, la noche a tomado a Metis, sumergiendo al bosque en completa oscuridad, haciendo que los ruidos aumenten, intenta levantarse, pero le es difícil cumplir con esa tarea, ase percata de unas luces que se acercan a ella y una voz conocida llamándola. Es Hanse, Amanda lo reconoce ideando algo para llamar su atención, dado que no tiene fuerzas para gritar.

La persona que la sacó de la cueva la dejó cerca de un roble, con su móvil en la mano, rápidamente reacciona encendiendo la linterna de este.

Ambos notaron el acto, corrieron para asegurarse que sea Amanda, al llegar al lugar, Hansen la toma entre sus brazos llevándola consigo, Tommy llama a Simone para informarle lo sucedido, los cinco se encuentran en la entrada del bosque, Amanda se ha dormido en los brazos de Hansen.

Todos suben al auto para ir al hospital, y asegurarse que Amanda esté bien, John conduce lo más rápido posible, olvidándose de las señales de conducir, Hansen acaricia el cabello de Amanda, Simone va de copiloto, mordiéndose las uñas gracias a la preocupación, una parte de ella se siente culpable, Tommy llama a su madre, ha recordado que tiene guardia en el hospital por ello decide que le informará para que estén preparados para recibir a una inconsciente Amanda.

El sueño que la persigue, delante de ella un pasillo largo se hace presente, al final una luz se deslumbra, el grito de ayuda de su madre no la logro despertar, camina por el pasillo hasta alcanzar aquella luz pero no cualquier luz, era la luz de la roca, aquella que encontró en la cámara de la cueva, y aquella voz la misma que escuchó mientras caía inconsciente «¡Cuidado con Cignus!». ¿Quién era el dueño de aquella voz? ¿un ángel? ¿un alíen? La respuesta era, que ni ella lo sabía.

Al despertar no reconoció el lugar donde se encontraba, en definitiva no era su casa, menos su habitación, todo aquel lugar era blanco y olía a medicina, Amanda sintió que algo no le pertenecía, algo externo a ella, levantó su mano izquierda y eso era, tenía una intravenosa, no pudo preguntar nada ya que una voz se alzó por encima del silencio.

—Sus signos vitales son estables, no presenta ninguna herida externa o interna. —habló el doctor con voz firme—. Les recomiendo que no duerma por veinticuatro horas, por precaución. —aclaró el doctor.

Hansen y John, se adentraron a la habitación ocupada por Amanda, la cual ya estaba consiente y con muchas preguntas. Simone y Tommy se habían retirado hace una hora, pidiendo a John que les informará de cualquier novedad.

John se acercó a su hija dejando un beso en su frente, Hansen se quedó al pie de la cama sonriéndole a una desconcertada Amanda.

—¿Cómo te sientes? —preguntó John con voz dulce y un poco de preocupación.

—No vuelvo a ir a ninguna fiesta.

Luego de ser informados que ya podían partir a casa, Los tres salieron del hospital, al llegar a casa, Amanda se instaló en el salón, Hansen trajo una pila de cajas con juegos de mesa, John preparó trocitos de zanahoria, pepino y apio, claro acompañado de café para no dormir en lo que restaba de madrugada.

Los tres se quedaron frente al televisor listos para comenzar a ver la película elegida por Amanda, la ganadora fue "Furia de titanes", y claro la segunda opción era TITANIC. Los minutos trascurrieron entre la película y la comida que era lanzada por Hansen hacia John que no paraba de hablar y discutir con la televisión, como si pudiera oírle.

Amanda aprovechó que ninguno de los dos iría a dormir, para resolver unas cuantas dudas.

—¿El abuelo, alguna vez ha estado aquí, en Metis? —preguntó sonando casual.

—No, mi padre... —John guardo silencio como si recordará algo— no sé nada de él.

—¿Porqué nunca me has contado nada sobre tu padre. —siguió cuestionando.

—Por que... —John se pensó su respuesta— soy adoptado, fui adoptado por mi madre Aretha, ella había perdido a su hijo y a su esposo, desde que me adoptó fuimos ella y yo.

Amanda era consiente de que era adoptado, creía que sabría algo de sus padres biológicos, sus abuelos paternos biológicos son un misterio.

—¿Hay cuevas cerca de aquí? —decidió dejar de lado la curiosidad por su abuelo.

—No lo sé, pero no creo. —respondió un John no muy seguro.

—Aunque quizá en Cignus sí las haya. —se alzó la voz de Hansen desde la puerta del patio, ¿Cuándo se había marchado hasta allá?

—¿Cignus? —eso dijo la vos de la cueva ¿no?

—Sí, pero no le presten atención, Cignus es una parte del bosque aún no explorada. —le aconsejó John poniéndose de pie yéndose a preparar para su día.

Actitud muy sospechosa la que tenía John, ¿quizá ocultaba algo? O solo era por no haber dormido casi nada, bueno nada a decir verdad.

Una nueva mañana iniciaba aunque la familia Mayorm desvelada estaba pero eran responsables con sus trabajos, Amanda debía investigar más sobre la parte del bosque no explorada, quizá encuentre respuestas con Simone o mejor en Google, era menos parlanchín.

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