A veces la liebre persigue al zorro

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La esfera oscura impacta contra Pierre, lo derriba y tiñe de un tizne negro que con las gotas de lluvia se deshace.

Vuelo hasta Colin y choco contra él sin pensar en lo contraproducente que eso puede ser antes de que le lance una segunda esfera a Tanner que arrolle a Pierre una vez más. Mi hombro impacta contra el suyo, liberando una fuerza descomunal, ayudándome a expulsarlo como una nube liviana a la copa del árbol más cercano.

Se entierra entre las ramas y hojas profundas.

Miro hacia abajo, frotándome el hombro. Tanner hierbe de furia, aprieta el puño al visualizarme sacando del juego a su jefe, y toma vuelo en mi dirección. Sin embargo, una esfera insignificante de energía no acaba con Pierre.

Tanner cae secamente al suelo y es arrastrado desde ambas alas varios metros por el barro mientras los sobrevuelo por encima en caso de que mi ayuda sea requerida.

Colin todavía intenta salir del laberinto de ramas, por lo tanto me olvido unos segundos de él.

Pierre le da unos golpes a Tanner, pero el chico parece invencible. Lo derriba de todas las formas posibles, y vuelve a ponerse de pie un sinfín de veces.

—¡Bridget! —me gritan. Bajo la velocidad y sigo la voz con mis ojos en busca de quien me llama. Jasper me lanza un cuchillo desde el otro lado de la laguna que cae en la orilla y se camufla en la hierba.

Voy a por él.

Estoy a punto de aterrizar para alcanzarlo, cuando me dan un empujón desde atrás y caigo de rodillas en vez de caer de pie. Lennox alcanza el arma antes de que yo pueda hacerlo e intenta salir corriendo en dirección contraria.

«La herida», me percato al verlo de cerca. Lleva el pantalón destrozado de la pierna derecha a la altura del muslo y se alcanza a notar una herida abierta, aún sangrando.

Rebusco la daga en mi bolsillo y me impulso hacia él. La clavo en la piel abierta, presiono hasta que cae, solo entonces la saco de su pierna con fuerza. Gruñe, pero no se escandaliza como Clementine; tampoco me ataca cuando paso por su lado. Jasper lo destrozó casi por completo, espero que no vuelva a levantarse de aquí.

Me lleno de alivio cuando logro sacarle el cuchillo de las manos y me largo de vuelta hacia Pierre. Tiene a Tanner contra el tronco caído que Jasper provocó para su ataque. Imagino que está haciendo tiempo con empujones y golpes a falta de armas.

Planeo encima de la pelea. «Tú puedes, tú puedes», me repito al calcular la distancia, la dirección.

—¡Pierre! —grito a pocos metros. Me mira, y es cuando disparo el cuchillo hacia él.

Ruego que llegue al destino correcto, a las manos correctas. Que no se extravíe en el barro.

Suelto el aire acumulado en mis pulmones, bajo la tensión en mis músculos y empujo mis alas con esfuerzo cuando atrapa el cuchillo en el aire y lo entierra en la clavícula de Tanner. Siento el cuerpo hecho fuego.

Fuego...

¡Fuego!

Freno de repente al casi chocar contra una llamarada alta y, antes de poder esquivarla, un peso inmenso me lanza a la laguna. Cuando ruedo en el aire, entre mis alas, diviso a Colin. Él me empujó.

Suelto un grito y me hundo en el agua verdosa como una piedra con muchos kilos encima. Aguardo la respiración. Agito mis brazos y piernas con desesperación mientras cierro los ojos con fuerza; percibo la oscuridad que me rodeo aquí abajo. Estoy dentro de agua estancada, con unas alas pesadas que me complican salir del fondo y con el cuerpo cansado en su totalidad.

OSCURO GÉNESISWhere stories live. Discover now