Circulando en mis venas

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«Ónix blanco...» Lo repito en mi cabeza una y otra vez.

Ya ha anochecido, estoy entre mis sabanas con el pijama puesto y no puedo conciliar el sueño. Tengo la necesidad de averiguar algo más sobre mi piedra, algo que me ayude a entender a fondo mi nueva conexión con Pierre sin que él tenga que explicármelo. Porque no va a explicármelo. 

El nombre de la piedra me da muchos puntos en esta carrera. Me levanto de la cama envuelta en una manta y decido sentarme en la fría silla de mi escritorio para comenzar a rebuscar con mi laptop en sitios webs, con la esperanza de encontrar algo útil.

Oliver para las orejas apenas nota mi falta de presencia a su lado y se me queda mirando algo extrañado. Aseguro que si pudiese hablar me obligaría a volver a la cama y dejar de dar vueltas con tonterías. Pero para mí no es ninguna tontería. Para mí esto es tan importante como cualquier otro cambio de los que se han presentado en mi vida, año tras año. Y él no entendería eso.

Entro en la primera página que habla sobre piedras preciosas y presto atención a todo lo que describe. Tengo una sensación extraña en el estómago mientras lo hago. Debo estar nerviosa y me está jugando una mala pasada.

A medida que avanzo entre imágenes y párrafos cortos, descubro que el Ónix blanco tiene capacidades piezoeléctricas, lo que significa que, si se somete a una gran presión, es capaz de generar electricidad en sus caras. Lo cual no me sorprende, contando la serie de cosas que experimenté con ella. El juego de luces es la más destacable desde los principios, sobre todo las del mural.

Y, pensándolo bien, tampoco le he preguntado sobre las alas a Pierre. Aún no. Quiero enterarme que tiene que ver el tatuaje de su pecho con la tremenda pintura de mi habitación. Veamos, es exactamente el mismo dibujo, tiene que haber un por qué y una razón por la que se encienda similarmente a nuestra conexión.

Sigo bajando en la página para continuar leyendo.

Encuentro que sirve para purificar las energías negativas y es, a su vez, protectora de las malas vibras. Aumenta la seguridad, la firmeza del carácter y fomenta la paciencia. Sí esta información no miente, veo eso último reflejado en gran cantidad sobre Pierre; totalmente.

También libera estrés y nerviosismo... Bueno, eso no se está notando en mí para nada. Quizá mi nerviosismo sea tan alto que ni la piedra lo sabe manejar. Si no lo trabajo yo, mucho menos lo va a hacer el collar por su propia cuenta.

Paso la siguiente media hora paseándome por Google y nada de lo que encuentro me convence demasiado. La mitad de la información se trata de la composición de la piedra, de su origen y obtención en diferentes países. Sin embargo, nada de eso es lo que busco con exactitud, no nombra los intercambios de energía.

Tomo la piedra entre mis manos y la observo. «¿Qué cosas puedes hacer?», le pregunto entre pensamientos. «¿Qué eres, y por qué a mí?».

Recorro el escritorio con la mirada como si así encontrara respuestas. Y lo más irónico es que sí las encuentro. Los libros de la esquina están por caerse, así que los acomodo adecuadamente, entonces me percato del valor que tiene uno de ellos. Me siento una estúpida de repente, tengo una cascada del tipo de información que necesito en mi propia habitación hace semanas y me dediqué a perder el tiempo en internet.

El libro de cristales, piedras preciosas y energías que hojee el día que descubrí que mamá no era capaz de ver las alas esqueléticas. Ahí está, viendo como lo ignoro.

Lo retiro de la pila enseguida y busco en el índice alguna señal del Ónix blanco. Hay tantos títulos que tardo un rato en encontrarlo, y más cuando está casi al final del libro. Página ciento cincuenta, en la que muchas imágenes de la piedra preciosa deslumbran en los costados junto a algunos párrafos explicativos.

OSCURO GÉNESISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora