ONE-SHOT DE FAMOSAS - II (Historias Cortas)

Taylor Swift

𝐿𝑎𝑠 𝑉𝑒𝑔𝑎𝑠-𝑁𝑒𝑣𝑎𝑑𝑎

IRÁN

—Irán.

No respondo.

—¿Irán?

—Hum— mi amigo hace señas hacia los inversionistas quienes esperaban a una respuesta...

—Le pasa algo señorita O'Brien.

Silencio.

—No, solo una pequeña distracción.

Tenía dos días que me alojé en uno de los mejores hoteles de las Vegas, por negocios de trabajo, ya que mi hermana no puedo venir y la tuve que reemplazar, cuando esto también es algo importante y más si se trata de la empresa familiar.

—Para darle una respeta tendría que hablar con mis socios si están de acuerdo en invertir en la empresa.

—Entiendo Sr. Mill pero la empresa BETA-3 solo produce productos de calidad y mejores de toda la ciudad— dije con profesionalidad— Le aseguro que en otros lados no encontrará estos productos como los hacen en BETA que son las mejores.

—No me cabe duda señorita O'Brien, pero aún no se si hacer el trato porque no se si estos productos serian buenos.

—Hagamos una cosa Sr. Mill, porque no pone a prueba el producto y luego usted me confirma si quiere cerrar el trato.

Aparte la mirada del señor, para ver a mis amigos frustrados o peor que yo, llevamos cinco horas queriendo cerrar este trato, pero estos tipos no ceden o no da su brazo a torcer. Y eso me está comenzando a fastidiar mucho, porque bastante paciencia he tenido desde que se sentaron en la mesa.

—Te parece que te daré mi respuesta en una hora máximo recibirás mi llamada con la respuesta, pero primero lo discuto con mis socios.

—Me parece perfecto, nos vemos en un rato entonces señor Mills.

El señor se despide y apago la cámara, respirando por fin un poco de paz, estaba cansada todo el día trabajando sin parar me va a volver loca.

—Nikki otro café por favor.

Mi amiga asintió.

—Ya te traigo un café querida.

—Gracias.

—Mira— mi amigo me enseña unos papeles con el nuevo contrato.

—¿Y qué pasó con los japoneses?

—Los japoneses quedaron felices con la nueva exportación de los nuevos enlatados— mire la tableta cuando Liam me la pasó— Esta mañana llegó a Tokio y quedaron encantados con esto, que no lo pensaron dos veces en cerrar el trato.

—Qué te puedo decir nuestra empresa es una de mejores que hay en la ciudad.

Al menos de todo este trabajo no me muero del aburrimiento con mis amigos, sé que puede ser un poco raro tener a mi amiga como asistente personal y a Liam como empleado de la empresa que siempre me acompaña a donde sea.

—Aquí esta tu café.

—Gracias.

—Aún tienes pensado llegar a tiempo a la fiesta que tu querida hermanastra está organizando— doy un sorbo al café sin decir nada— No me quiero ni imaginar que se inventara cuando le diga a tú madre que no asistirás.

—Yo se lo dejé claro que a una fiesta con gente hipócrita no iba asistir ni a socializar porque solo se la viven del chisme.

—Estamos hablando de Eastwood ¿no? Es una ciudad que se alimentan de los chismes, más cuando se trata de la familia O'Brien, ya deberías saber que ahí todo se sabe querida, así que es algo normal— añadió— Pero el día que esta ciudad no esparza un chisme será el fin del mundo.