Stefania Spampitano 3/3

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VANIA

—Tienes que guardar reposo— no iba a dejar que mi orgullo muera aquí y demostrarle mi debilidad, ante semejante dolor que me cargaba— Espero que me hagas caso y no vuelvas a salir del cuarto sabiendo que te puedes abrir más la herida, tienes que recuperarte.

Rodé los ojos.

—¿Quedó claro señorita Meyer?

—Muy claro mi sargento.

Rodó los ojos.

Me acomodé mejor en la camilla cuando la doctora me ayudo a regresar de nuevo al cuarto, me quedé sentada observando cada movimiento que hacía, salió de la habitación, pensé que iba a estar sola porque me había acomodé. Hasta que Stefania entró de nuevo a la habitación con un montón de cosas, fruncí el ceño cuando la enfermera se fue dejándome a solas con Stefania, quien se acercó dónde estaba yo.

—Me sorprende que no eres como otros pacientes.

—¿Y cómo son?— pregunté viendo como la castaña limpiaba la herida con delicadeza.

—Pues que le tienen pudor a la sangre, otros hasta se quedan inconscientes después de ver mucha, pero mucha sangre.

—¿Qué te puedo decir?

Ella solo alza los hombros.

—Soy Team sangre— dije sin pensarlo, que no me espere una sonrisa por parte de la doctora, quien me dejó anonadada con su melódica risa.

—Es la mentira más tonta que he escuchado.

Se ríe de nuevo.

—Crees que no sé qué te mueres de dolor.

—Te lo digo enserió, a mí no me da pudor la sangre— murmuro— Lo que si no me gusta es estar aquí encerrada, no me gusta estar en los hospitales.

Stefania siguió limpiando mi herida, cambiándole de gaza poniendo una nueva, podía ver en su cara la curiosidad que tiene de preguntarme lo que sea. No veía la hora de irme de este lugar, no aguantaba ni un minuto de estar aquí en este hospital encerrada.

—Sea lo que sea que tengas que preguntarme, solo hazlo tú curiosidad me produce dolor de cabeza.

Tenía la mirada en mi celular, pero podía sentir su impaciencia a cada minuto.

—¿Puedes preguntar?

Respiro profundo.

—¿Puedo saber porque no te gustan los hospitales?

Me tense.

La mire cuando me preguntó, ambas conectamos miradas, se podía ver como el color café de sus ojos brilla por la intensidad de la luz que entraba por la ventana, porque tuvo que hacerme esa pregunta, no has algo que quiera responder

—Puedo ver en tu cara que no te gusta estar aquí, soy médico y puedo ver muchas cosas, tú insistencia por irte de aquí me puso a pensar que no te gustaba los hospitales...

No solo no me gustan...

Odio los putos hospitales.

No quiero estar más en este lugar.

—Eso no es asunto tuyo— solté de manera brusca— Para de estar preguntando doctora, porqué después lo único que va a lamentar es no volver a preguntar.

—¿Qué?— se ríe— Tú crees que le tengo miedo a unos simples guardaespaldas tuyo por que rodean el hospital con armas detrás de sus sacos.

—Pues deberías tenerlo.

ONE-SHOT DE FAMOSAS - II (Historias Cortas)Where stories live. Discover now