🎸 CUARENTA Y TRES

67 5 2
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Feeling this - Blink-182

Cassandra.

Después de una semana ingresado, habían dado el alta a Jax. Ninguno de los dos habíamos vuelto a sacar el tema acerca de su adicción, pero se notaba la distancia que se había formado entre nosotros.

No le había dejado sólo ni una noche, a pesar de sus súplicas por que me fuera a descansar a casa. Aun así, nuestras conversaciones habían sido vagas, como si hubiéramos perdido la chispa que nos caracterizaba cuando estábamos juntos.

A lo largo de la semana, Adam y yo nos habíamos dedicado a recopilar información sobre todas las clínicas especializadas en desintoxicación de drogas. Por supuesto, lo habíamos hecho a espaldas de Jax. Y ahora, que estábamos llegando a su casa, era el momento de enfrentarnos a los hechos.

— Sophia, ¿puedes subir a tu habitación? Iré en un momento a ver tus nuevas muñecas — animó Adam a la pequeña, que no muy segura, termino desapareciendo.

Jax por su parte, se quedó con el ceño fruncido y los brazos cruzados.

— Tenemos que hablar seriamente — agradecía que fuera Adam quien diera el primer paso, porque no estaba suficientemente preparada —. Hemos estado pensando en lo que ha sucedido y como comprenderás no queremos que vuelva a pasar.

— Podéis estar tranquilos, tiraré toda la mierda que tengo — me le quedé mirando atónita porque no podía creer que tuviera más sustancias en la casa.

— Lo siento, Jax, pero ese no es el punto — esta vez fui yo quien habló —. Nos da igual lo mucho que nos puedas odiar por esto. Las cosas tienen un límite y tú has llegado al tuyo. Vas a entrar en una clínica quieras o no.

Se quedó serio observándonos para después soltar una carcajada.

— Largaros de mi casa ahora mismo — su mirada era tan fría, que no era capaz de reconocerle.

— Eres muy maduro — ironizó Adam —. Criticabas a tu madre por pasarse el día siendo un maldito zombie para terminar convirtiéndote tú en lo mismo.

Ninguno lo vimos venir cuando Jax se acercó hasta Adam para propinarle un gran puñetazo en el rostro. El castaño cayó al suelo por la fuerza del golpe, por lo que fui hasta él para que Jax no siguiera golpeándole.

— ¡Eso! ¡Corre para ayudar a tu nuevo amigo! — me gritó — ¡Ve a follártele también! Seguro que lo estás deseando.

Sus palabras fueron como dardos directos al corazón. No me podía creer que mi novio me estuviera diciendo semejante estupidez, pero no le pensaba dar el protagonismo que quería.

— Vámonos, Adam. No tenemos nada que hacer aquí — vi que su nariz sangraba de forma abundante, así que me quité el pañuelo que traía amarrado al cuello para limpiarle.

JAX ROCKWELL ©Where stories live. Discover now