🎸 VEINTISIETE

152 6 0
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Lowlife - Yungblud

Cassandra.

Tom llevaba una semana viniendo a buscarme después de clase. No porque le apeteciera acompañarme después a la cafetería, sino por ver a James, un chico con el que estaba chateando y que, casualmente, también asistía a mi Universidad.

— ¿Crees que estos pantalones me hacen buen culo? — me preguntó mi amigo mientras miraba su reflejo en el cristal de la puerta.

— Cualquier pantalón te hace buen culo, Tom — me lanzó un beso al aire.

Esperamos durante unos minutos hasta que por fin salió el susodicho. Yo me moría de vergüenza por tener que encontrármele todos los santos días en el mismo sitio, pero a Tom parecía no importarle.

— Hola, Tom — los dos se quedaron absortos mirándose — Cassandra.

— Hey — fue lo único que dije, pero es que, ¿qué más iba a decir?

— ¿También trabajas en la cafetería hoy? — le preguntó a mi amigo, que parecía estar flotando en una nube.

— Sí. Últimamente no tengo ni un día libre, desventajas de ser pobre — hizo sonreír a James.

La verdad que James era un chico bastante guapo. Lo que más destacaba de él era sin duda su estilo. Todos en la facultad admirábamos la gran capacidad que tenía para vestir cualquier prenda que en otra persona podría parecer una bolsa de basura.

— ¿Podré probar tu café algún día? — esto se ponía interesante y amaba ser espectadora de ello.

— Cuando quieras, estoy disponible para ti — Tom jugó con su dedo en su boca. ¿Qué estaba haciendo? Intenté no reír.

— ¿Te parece bien este sábado? — vaya, James iba con todas.

— Hecho — James guiñó un ojo a Tom cuando éste le respondió.

Emprendimos nuestro camino hacia la cafetería a pesar de que mis ganas de trabajar se encontraban bajo tierra.

— Espero que no me salga rana — pronunció mientras caminábamos —. Después de todo lo que he vivido con Isaac, me resulta complicado poder confiar en alguien. Si nunca me di cuenta de que me la estaba pegando por detrás, ¿cómo sabré que no me lo volverán a hacer?

— No lo podrás saber. Deberás confiar, amigo.

Cuando llegamos al local, vimos que Dave se encontraba en la puerta. Le miré extrañada porque siempre solía venir a última hora.

— ¿Qué haces aquí? ¿Ha pasado algo?

— Me he dejado las llaves dentro de casa y Ethan no está ni me coge el teléfono — me golpeé la frente por lo desastre que podía ser.

JAX ROCKWELL ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora