🎸 TREINTA

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Me ne frego - Achille Lauro

Cassandra.

Se supone que la vida está para cometer locuras, por eso me encontraba en el aeropuerto junto a Harper esperando que apareciera en la pantalla, la puerta de embarque hacia nuestro destino.

Roma.

Todo había sido tan precipitado que tenía la sensación de que me había dejado cosas sin meter en la maleta. Además, no me había dado tiempo de asimilar que visitaría una ciudad con la que siempre había soñado desde que era niña.

En cuanto apareció la puerta de embarque, nos levantamos de los incómodos asientos donde estábamos sentadas para dirigirnos a embarcar.

— ¿Has metido lencería en la maleta? — me preguntó la rubia por el camino.

— No me dejé medio sueldo en Intimissimi para nada — contesté obvia.

Esperamos la larga fila hasta que entramos en el avión. Nos esperaba casi medio día de viaje porque debíamos hacer escala en Dublín, pero merecería la pena; principalmente por ver la cara de Jax.

Once horas después, pudimos respirar el fresco aire de Roma. Estaba tan emocionada, que nada más salir del aeropuerto, corrí como una niña pequeña para encontrar un taxi que nos pudiera llevar hasta el hotel. A pesar de que eran altas horas de la madrugada, necesitaba pasar por las calles de la ciudad aunque fuera montada en un auto.

Yo me encontraba mirando por la ventanilla, disfrutando de todo lo que nos rodeaba, mientras que Harper se dedicó a acomodarse en el asiento para dormir. No entendía cómo podía tener sueño, si se había pasado los dos vuelos roncando. Agradecía haberme descargado todas las temporadas de Friends en Netflix porque sino, hubiera muerto del aburrimiento.

— Una marmota duerme menos horas que tú — me mostró su dedo de en medio aun sin abrir los ojos.

El hotel no era de lo más ostentoso de Roma, pero después del precio de los billetes de avión, no nos quedó más remedio que buscar algo económico. La ventana daba a un patio lleno de hierbajos, por lo que las vistas no eran las mejores.

— Probemos si este colchón sirve para tener sexo — Harper se lanzó a él haciendo sonar los muelles —, debe ser de la prehistoria. Espero dormir mañana en la cama de Adam.

— Yo también lo espero, dormir a tu lado es una tortura — comenté en broma. Ella me lanzó la almohada a la cara.

— ¿Crees que estarán de fiesta ahora? — se sentó en la cama pensativa — porque daría lo que fuera por ver a qué se dedican en sus fiestas.

Precisamente, no es que tuvieran muy buena fama en cuanto a las fiestas. De normal, iban a lugares en los que se aseguraban de que nadie pudiera grabarles, pero eso no quitaba que las personas presentes, pudieran contar después todo lo que habían vivido durante la noche. ¿Y cuál era el género más sonado? El femenino.

JAX ROCKWELL ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora