🎸 QUINCE

145 7 2
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Wonderman - The Rasmus

Cassandra.

— ¿Puedes dejar de moverte?

Nos encontrábamos en el camerino de Possessed, ya que darían un concierto de presentación para su próxima gira. Jax me había pedido que le pintase las uñas de fucsia, así que era lo que me encontraba haciendo. El problema era que parecía hiperactivo y al final le quedaría un destrozo.

— Hoy se te notan más las pecas — al pronunciar aquello por poco se me resbala el pincel de las manos —. Me encanta cuando te pones nerviosa.

— Es que eres idiota.

— Te gusto.

— Mas quisieras.

Me levanté para buscar un poco de agua refrescante. No era normal sentir tanto calor en pleno otoño.

— Te gusta — me sobresalté cuando Nick apareció tras la puerta del pequeño frigorífico —. No voy a negar que me siento dolido por rechazarme, pero lo acepto.

— Nick, olvídalo. Todos tenéis demasiadas mariposas en la cabeza.

— Y tú en el estómago — contraatacó mientras se marchaba riendo.

Regresé a donde me encontraba antes sentada con Jax para darle la última capa a sus uñas. Pude notar que no me quitó ojo desde que me había levantado, por lo que temía que hubiera escuchado alguna de las estúpidas palabras de Nick. Lo último que necesitaba era que su ego aumentara más.

— ¿Crees que podrías pintarme también las de los pies? — hice una mueca de asco —. Tendré que preguntar a alguna otra chica si podría hacerlo.

— Probablemente esta noche encuentres alguna — tomé una de sus manos con suma delicadeza para seguir con mi tarea.

— Pero hay un problema; yo sólo quiero que lo haga una persona — levanté mi vista para verle mover las cejas.

— Acompaño en el sentimiento a la pobre muchacha.

La puerta del camerino se abrió dejando ver la cabellera rubia de Bridget contonearse hasta llegar a nosotros. No conseguía descifrar bien a aquella mujer y no es que yo fuera bruja o algo por el estilo, pero tenía un mal presentimiento sobre ella.

— ¡Os quiero en diez minutos moviendo vuestros culos hasta el escenario! — gritó provocando que todos centrásemos nuestra atención en ella.

Se marchó por donde había venido.

— ¿Te puedo confesar algo? — Jax asintió y se aproximó más a mi rostro para que nadie más pudiera escucharme. ¿Era necesaria tanta cercanía? —. Bridget no me da buena espina.

Él simplemente se quedó callado, confirmando mis sospechas. Algo tenía que suceder con ella.

— Cass, ¿vamos a nuestros asientos? — asentí ante la pregunta de Harper.

JAX ROCKWELL ©Where stories live. Discover now