Viviendo entre alfas (Larry Stylinson)

Extra: Alexander y Beck

Eres parte de mi entidad

de aquí a la eternidad

-Umbrella

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Alexander gruñó dejando los papeles sobre la mesa y masajeando su cien. Le sorprendía lo fácil que su padre siempre hizo ver el trabajar en la empresa, sin embargo, el alfa de ojos verdes estaba teniendo un pequeño colapso mental con el departamento de legal para la firma de un par de contratos que debían ser enviados la otra semana.

Iban a trabajar con Hermès, una reconocida marca francesa de ropa.

—Te ves frustrado — Su padre alzó su ceja hacia su cachorro, el cual solo hizo un puchero mientras jugueteaba con los papales y veía los anillos que su padre le había regalado cuando entro a la empresa familiar como vicepresidente

Alexander no sabría lo que haría cuando Harry decidiera dejar todo en sus manos.

—Son tan jodidamente inútiles — Gruñó rodando los ojos —Necesito que se corrija esto y no entiendo nada legal.

El alfa de rizos largos solo negó divertido mientras se acercaba para besar la frente de su bebé mayor.

—Deja eso, ¿Sí? — Le sonrió suavemente mientras acariciada el cabello corto de su hijo —Ya debes ir a casa, ¿Te están esperando o vendrán por ti? — Preguntó con un tonillo burlesco.

—Beck vendrá por mí y luego tenemos que ir por Abbadon — Alexander sonrió con suavidad mientras imaginaba la cara de su alfa mientras se burlaba de la incapacidad de Alexander por tener licencia, pero en su defensa, Todo los hermanos Styles eran un caso perdido cuando se trataba de manejar. Es decir, él sabía manejar, solo que se estrellaba en el intento. —Oh, Beck dijo que el domingo nosotros llevaremos las ensaladas, Axel y Dom llevaran las cervezas Y Ax con Asiel llevaran carne y esas mierdas.

—Lenguaje — Gruñó Harry frunciendo el ceño.

—Papá, soy adulto. Puedo maldecir — Alexander rodó sus ojos divertido antes de acercarse al alfa mayor y dejar un beso en su mejilla —Nos vemos mañana, ¿Si? Beck me matara si lo hago esperar más.

—Dominado — Se burló el más viejo viendo a su hijo salir apresuradamente de la oficina.

—¡Es hereditario! — Gritó el mayor antes de cerrar la puerta.

Alexander salió con rapidez hasta el ascensor mientras mandaba un mensaje a Beck, quién ya estaba abajo esperándolo. Y después de despedirse de la recepcionista, una beta ancianita encantadora y enamorada de Beck, salió hasta el auto donde su pequeño alfa lo esperaba con el traje de abogado completamente arrugado, tenía la corbata echa un desastre y la camisa desabotonada.

Alexander gruñó ante la piel expuesta.

—Si no te pones esa camisa bien no llegaremos a buscar a aba, amor — El alfa mayor lo miró de arriba abajo antes de estirarse y besar los labios del ojimiel con delicadeza, sonriendo sobre sus labios y dejando otro beso sobre la mejilla del alfa.

—Hola a ti también, pervertido — Beck se rió viendo los ojos dilatados del Alexander, mordió su labio y comenzó a manejar.

—Solo por ti, bebé — Le guiñó —Sabes... no lo hemos hecho en el auto.

—Pero tus padres si — Se burló con una sonrisa cínica.

—Beck — Gruñó disgustado —Jodes todo el momento.

Beck se rió complacido de molestar a su alfa.

—Es porque no tendremos un momento en el auto y menos en camino a buscar a Abb — Bufó con una sonrisa incrédula.