Capítulo 30

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Louis no estaba listo para parir.

La mañana fue desastrosa para el omega, sus ojitos azules estaban empapados de lágrimas mientras lloraban en el pecho de su alfa, quién arrullaba de la mejor forma posible mientras sus tres cachorros lo veían parados frente a él, con el bolso de Alexander listo y las camisetas familiares puestas.

Hoy era la final del campeonato de Alexander y Louis había estado muy emocionado sobre su cachorro, se había imaginado poder estar ahí, con su pequeño bebé celebrando y apoyándolo en cada gol. Sin embargo, en la última cita y con el embarazo ya al final, se le había recomendado no salir de casa, mantenerse acostado y sin hacer esfuerzo ni emociones fuertes que pudieran alterar a los cachorros.

Entonces ahí estaba, el pequeño omega llorando mientras refunfuñaba en el pecho de su alfa, enojado y frustrado por no poder ir a la final.

—Amor — El alfa suspiró apretándolo —No llores, no le hace bien a los cachorros. Te prometo que papá grabará el partido, Axel también grabará y Ax estará pendiente de cada detalle para contarte — Susurró en voz suave intentando calmar a su omega sensible que seguía sollozando como si el mundo se fuera a acabar.

—Pero... — Salió de su escondite, sus ojitos aguados y un pucherito sobre sus labios —Y-yo quería ir a v-ver a mi cachorrito ganar — Lloró con frustración —Quería gritar y celebrar sus goles — Enterró su cara en el pecho de su alfa nuevamente, con sus manitos aferradas a su pancita enorme como si quisiera proteger a los bebés de su tristeza.

El alfa suspiró resignado, él quería complacer a su omega y daría lo que fuera por poder llevarlo al partido, pero era mejor quedarse en casa. El doctor lo había dicho y Louis estaba demasiado embarazado para caminar mucho y estar en situaciones de estrés o muchas emociones. Debía mantenerse en un lugar calmado y relajado.

—Y lo veras, lo prometo — El alfa besó su frente —Ponderemos el proyector, invitaremos a todos y haremos un cine solo para ver la final de nuestro cachorro, ¿Sí?

El omega asintió suspirando con el olor a café y madera del alfa envolverlo con delicadeza, apaciguando su tristeza. Harry lamió la mordida para transmitir paz a su omega y calmar su llanto.

—Ahora dale un beso a tus cachorros que tiene que irse — El alfa hablo en su oído —¿Sí?

Louis salió de su escondite con los ojos rojizos, alzando su mirada hacia los tres cachorros que ya estaban listos para irse a la final. El omega lo beso repetidamente en sus mejillas, frente y nariz. Les sonrió para que no se preocuparan por él y deseó suerte a su cachorro mayor.

—Voy a ganar por ti, mamá — Le prometió Alexander besando la frente de su mamá —Lo juro.

—Te amo — Murmuró Louis con una sonrisa orgullosa —Más que nada en este mundo y estoy orgulloso de ti.

—Yo también te amo, mamá — Le guiñó el ojo antes de tomar las cosas y salir con sus hermanos detrás de él.

Cuando salieron de la casa y el silencio se colocó en todo el lugar, Harry guio a su omega hasta el cuarto, regalando caricias suaves en todo su cuerpo para mantener la paz en el cuerpo de su omega. El alfa lo acostó con cuidado, acariciando su cabello, besando sus mejillas y quitando el resto de lágrimas que quedaron en la piel de Louis.

—Se que deseabas ir, amor — Harry murmuró bajito en el oído de Louis, tenía su cuerpo pegado en la espalda del ojiazul, siendo la cucharita grande y manteniendo sus manos sobre la pancita enorme del menor, acariciando la piel estirada y las pequeñas pataditas que se sentían de vez en cuando —Y me hubiera encantado que fuéramos, pero sabes que es mejor mantenerte en casa con el embarazo casi a su fin — Besó el cuello del omega —¿Está bien, amor?

Viviendo entre alfas (Larry Stylinson)Where stories live. Discover now