Extra: Axel y Dominick

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Fuego en fuego

Normalmente nos mataría

Pero deseo mucho esto

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Axel apretó entre sus manos la chaqueta que Dominick le había prestado hace unas horas atrás.

Le había costado físicamente echarla a la lavadora en lavado rápido para poder devolvérsela de manera pulcra ya que el olor que desprendía aquella prenda era lo más adictivo que Axel había olfateado alguna vez en su vida. Sin embargo, tras haberse aferrado a ella tanto como pudo, se armó de valor y camino hasta la facultad de derecho, intentando mantener la calma y aplacar cualquier sentimiento que se removía bajo su estómago.

Agradecía que las clases de derecho aun no terminaran y la maldita lluvia se hubiese detenido

Era una estupidez y lo sabía. Apenas y conocía al alfa, no había forma humana en que pudiera ponerse tan nervioso por alguien que con suerte había transado un par de encuentros y aun así, Axel estaba siendo incapaz de quitar la sensación de su corazón acelerado por esos bonitos ojitos azules que lo miraban como si fuera lo más precioso del mundo.

¿Qué tan patético era sentir mariposas por un alfa que conocía hace unas semanas?

Bastante.

Y lo peor de todo es que no se sentía como si fuera algo malo, al contrario, Axel jamás se había sentido tan bien con alguien a su lado, el nunca sintió una real atracción hacia nadie y muchas veces creyó que no era capaz de sentir más allá de lo que sentía por su familia.

Y aquí estaba.

Nervioso, con su corazón acelerado, sus puños aferrados a la prenda de vestir ajena, sus ojitos azules brillosos e ilusionados buscando dos ojos azules fríos y calmados, como el océano o incluso el mismo cielo.

Lo encontró del otro lado del pasillo. Su cabello negro y despeinado lo hacían verse hermoso, la piel pálida y llena de tatuajes que Axel adoraría recorrer con sus dedos lo volvían extremadamente sensual, su porte alto y dominante, aquel bonito lunar que estaba casi a un costado de su ojo derecho, pequeño y suave, que Axel había notado cuando se quedaba con él en la biblioteca.

Precioso.

El alfa estaba hablando con una chica pequeña, que Axel pudo distinguir fácilmente como una omega. Ella colocó su mano sobre el brazo del alfa y ladeo su cabeza con una sonrisa antes de reírse.

Axel se quedó pálido sin saber que hacer. Su pecho se apretó extrañamente doloroso y no pudo evitar bajar la mirada con sus ojitos azules sintiéndose extrañamente húmedos

Dominick era un alfa en toda su extensión... y ella... ella era una bonita omega que claramente se veía como lo correcto para el ¿O no?

Tragó saliva apretando los labios y suspiro antes de subir la mirada, para abrirlos de forma sorpresiva y alerta.

Dominick estaba a dos pasos de distancia de él.

¿Cómo había llegado a su lado sin que Axel lo sintiera?

El alfa tenía el semblante serio, con su cara común e inexpresiva. Sus ojos fríos y su mandíbula apretada, Axel noto que tenía los puños cerrados fuertemente y parecía enojado...

¿Tal vez lo había molestado?

—Hola — Murmuró en voz baja, alzando un poco su mirada por la diferencia de porte —Y-yo... venía a devolver tu chaqueta — Tragó saliva cuando Dominick no dijo nada, solo lo miró.

—¿Dominick? — Axel odió su voz suave y frágil.

Dominick alzó su mano, llevándolo hacia la mejilla del alfa más pequeño y acariciando con suavidad, los ojos azules del alfa más grande escanearon la cara completa de Axel y un gruñido inconforme y molesto retumbo

Axel ladeó su cabeza casi como si no pudiera detener aquel extraño instinto que se instaló en su cuerpo.

Dominick se acercó, su cara quedo en el cuello de Axel. El alfa de cabello oscuro olfateo la extensión de piel antes de dejar un pequeño besito sobre la tersa superficie que estaba siendo expuesta para él.

Estaba inconforme, Dominick sentía su alfa gruñir de rabia y preocupación al sentir como Axel estaba triste, cansado y extrañamente nervioso. El menor tenía ojeras bajo sus bonitos ojos, su piel estaba más pálida y parecía que su bonito azul cielo se había apagado.

El alfa siempre lo supo.

Desde el momento en que vio a Axel entrar a la cancha, con su cuerpo delgado y más pequeño que el de él, moviéndose con cuidado, mirando todo como si fuera un nuevo mundo, notando como no se sentía cómodo pero aun así se sentó a un costado, con su mirada llena de amor y admiración en el Alexander

Dominick lo supo.

Era suyo.

Su alfa

Porque Dominick jamás había anhelado tanto que lo miraran con la misma admiración que Axel miraba a Alexander.

Su alfa había aullado por aquella atención.

El necesitaba que Axel lo miraba con sus bonitos ojitos azules suaves y puros. Quería ser el mundo de Axel, que dependiera de él, poder cuidarlo y ser su confidente, su amigo, su alfa, el inicio y el final de su vida.

—No has dormido — Gruñó Dominick disgustado, con su pecho oprimido —¿Porque no has dormido, Axel?

El alfa titubeo.

—Estaba preocupado — Suspiró echando su cuerpo hacia adelante de forma inconsciente, apoyándose en el cuerpo del alfa más grande.

Dominick colocó sus dos grandes y cariñosos brazos sobre la cintura de Axel.

—¿Tu mamá está bien? — Preguntó con delicadeza.

—Si — Axel frotó su cara con cuidado en Dominick —Fue un susto, está bien — Suspiró —Solo un bastardo descuidado que no sabe manejar — Gruñó —Papá se encargó.

—Bien, me alegro — Dominick dejó un beso en la frente de Axel —Vamos entonces.

Axel se separó un poco.

—¿A dónde?

—Voy a cuidar de ti — Respondió tomando con cuidado el brazo de Axel, jalando hacia la parte trasera de la universidad, con su cuerpo rígido y su mirada firme hacia adelante, ignorando las miradas curiosas y gruñendo a quien miraba más de la cuenta a Axel.

Al final terminaron en la zona verde de la universidad, Axel no pudo hacer mucho cuando Domincik se sentó en el pasto, encima de una manta que saco de su mochila, y jaló el cuerpo del menor sobre él, dejándolo sentado entre sus piernas, la espalda de Axel estaba en el pecho de Dominck, el cual enrollo sus brazos con cuidado en el torso del menor y dejando que este echara su cabeza hacia atrás

—Dom... — Comenzó con una voz somnolienta cuando el olor a bosque comenzó a envolver su cuerpo como un suave arrullo de cuna, su cuerpo más relajado y su alfa ronroneando al ser marcado por el aroma ajeno.

Axel soltó inconscientemente su aroma a Hierba buena y lluvia, marcado a Dominick con cuidado

Dominick sonrió complacido y susurró.

—Duerme alfa, yo te cuido ahora.

₊ ⊹ · ₊ ⊹ ·

Juntos somos ganadores.

Dicen que estamos fuera de control y algunos dicen que somos pecadores.

Pero no dejes que arruinen nuestros hermosos ritmos.

Viviendo entre alfas (Larry Stylinson)Where stories live. Discover now