Capítulo 26

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Harry había estado trabajando desde su casa todo el mes.

Se había olvidado lo maravilloso que era pasar en casa todo el día, con su omega alrededor siempre hablándole, besándolo, sonriéndole y envolviéndolo con su aroma. Había estado pensando seriamente en tomarse un tiempo de la empresa o trabajar desde casa. Incluso podría decirle a Niall que lo ayude en su sala para estar más cerca de Louis.

Lo había escuchado hablar con Zayn, por error claramente porque el jamás espiaría las videollamadas de su esposo con su mejor amigo ALFA de toda la vida, donde ambos hablaban sobre trabajar desde casa, el alfa podría extender su permiso por su espalda y Louis podría tomar el pre-natal.

Aunque no habían ido al médico aun, el alfa sabía que estaban en la semana 28.

El 7mo mes.

Ahora mismo estaba con Axel en el supermercado, Ax se había quedado en casa durmiendo y Alexander había estado en la sala con Louis conversando sobre Beck.

Harry estaba intentando acercarse un poco a su hijo. Es decir, desde el celo había visto a Axel diferente, parecía feliz pero luego ya no. A veces tenía ojeras que le preocupaban y entonces cuando quería hablar, él siempre se alejaba.

Había hablado con Louis y habían quedado que el hablaría con Axel.

—¿Llevas el cereal de pá Boo? — Preguntó el alfa a su lado, con sus ojos azules puestos en los pasillos.

—Lo llevo — Aseguró —¿Necesitas algo? — Preguntó con sutileza, dándole una sonrisa —Puedes sacar lo que sea.

Axel negó.

—Estoy bien — Murmuró aclarando su garganta antes de desviar la mirada hacia el siguiente pasillo —¿Crees que deba...

—Axel — Harry gruñó parando a mitad del pasillo, el carrito dejo de ser empujado y Axel se tensó en su lugar cuando sintió la mano de su padre tomar la suya —¿Qué pasa, cachorro? ¿Qué va mal?

Axel suspiró alanzado la mirada hacia Harry quién tenía la mirada preocupada, los ojos verdes con un brillito paternal que lo hizo removerse incomodo y bajito, se sintió pequeño y expuesto bajo la mirada de su padre.

¿Qué iba mal?

Todo iba mal

Y a la vez nada iba mal.

Axel había pasado las siguientes semanas con subidones y bajones de emociones que lo tenían con insomnio, con pesadillas y temblores en su cuerpo.

Tras haber devuelto la chaqueta de Dominick, Axel se había visto con el alfa varias veces en la biblioteca, en los pasillos, en la hora de almuerzo y a veces en el patio de la universidad. Hablaban de todo y a veces de nada, Axel se sentía pleno, feliz y lleno de amor cada vez que veía que sus ojos se topaban con el alfa de ojos azul profundo.

Y Ahí todo estaba bien, todo era felicidad, paz y una tranquilidad que amaba.

Ahí era feliz.

Y entonces las veces, las varias veces, que Axel había tomando la valentía para ir por a su facultad a buscarlo, lo veía.

Con una omega.

Una pequeña omega con que siempre se reía, conversaba y pasaba su brazo por sus hombros. La que le pestañaba bonito y susurraba cosas en el oído.

Cualquiera se hubiera sentido celoso.

Pero Axel se sentía pequeño.

Se miraba en el espejo y odiaba cada centímetro de su cuerpo, se sentía inseguro, chiquitito, frágil y estúpido. Y entonces se enojaba ¿Por qué carajo tiene que sentirse así? ¡El toda su vida se había sentido diferente de sus hermanos! ¡Él no necesitaba joderse más la cabeza!

Viviendo entre alfas (Larry Stylinson)Where stories live. Discover now