· 19: Algo pasa·

Start bij het begin
                                    

—Belinda —hago una pausa buscando las palabras adecuadas—, no te importa.

Ni palabras exactas ni leches, es la verdad. ¿A ella qué narices le importa eso?

—Puesto que es mi novio, me importa.

Automáticamente me río. Juro que he intentando aguantar la risa. Pero no he podido. Esque de verdad que esto es un chiste buenísimo, ella, ¡su novia!

—¿De qué te ríes? —pregunta cabreada. Lo que hace que mi risa incremente y no pueda parar—. Eres una maleducada, yo hablándote y tú riéndote sin escucharme. Mal criada.

—Belinda, me río por lo que has dicho. ¿En serio crees que sois novios?

—No lo creo, bonita —suelta con demasiada superioridad—, es que lo somos. Nunca lo hemos llegado a dejar. ¿Por qué crees que no quiere formalizar vuestra relación? —me mira con una sonrisa—, porque sigue conmigo.

—¡Se acabó! —suelto todo ya cabreada.

No hace más que buscarme para que me enfade. Pero, ¿quién se cree que es?

—¡Que sea la última vez que vienes a mi casa a faltarme el respeto!

La empujo fuera de la cocina y los chicos vienen corriendo al escucharme. Miro a Kyle desesperada, ¿cómo pudo estar con ella?

—¡Pregúntaselo a él! —le señala mientras yo sigo arrastrándola fuera de casa.

Una vez se ha ido, a voces, entro a mi habitación de un portazo. Al rato escucho la puerta de entrada de nuevo por lo que supongo que Arthur también se ha ido.

Intento recordar en qué momento conocimos a Belinda, cuándo se convirtió en nuestra sombra. Pero no lo tengo del todo claro. Llegó a nuestra clase más tarde. Al igual que Arthur, se cambiaron de turno, ya que en el que les pusieron no les gustaba. Junto con ellos llegaron unos cuantos alumnos más de esa clase. Venían del turno de tarde, y eso no suele ser muy querido.

Yo estaba sentada sola, puesto que aún no conocía a casi nadie. Nada más entrar por la puerta buscaron todos un sitio con rapidez. Sabía que alguno se sentaría a mi lado, puesto que eran de los pocos sitios libres que había. Pero tuve la gran mala suerte, en su día me pareció buena, de que fuera Belinda.

Empezamos a juntarnos bastante, y días después se nos unió Miriam. Pero nuestra amistad con Belinda no duró más de una semana, pues, ella decidió juntarse con otras personas. Entre ellas Kyle. Estaba todo el rato detrás de él, pidiendo ser su pareja para los trabajos, sentándose a su lado, riéndole todas las gracias.

Mi compañera de piso de ese entonces me abandonó. Tras estar dos semanas decidió que esa no era su carrera. Así que me tocó buscar una nueva compañera. Preferí tener a alguien que más o menos conociera, así que pregunté a las de clase por si a alguna le interesaba.

Recuerdo que se me acercó Kyle con toda la timidez del mundo:

—Me... —le costaba hablar—, me han dicho que buscas compañera de piso... —hizo una breve pausa—, sé que no soy mujer, y no sé si es un inconveniente. Pero yo estaría interesado.

En ese momento me sentí en una encrucijada, ¿me podía fiar de él? Solo le conocía de vista, ni siquiera sabía si era de Madrid o de fuera. Pero hubo algo en él, tal vez su mirada, su nerviosismo, algo hizo que supiera en ese mismo instante que podía confiar en él.

Claro está que seguía con mis dudas. Le hice un interrogatorio, ¡incluso hablé con su madre! A ver, que me explique, justo cuando estábamos hablando del piso, le llamó por teléfono, él le contó la situación. Ella, que estaba super contenta de que su hijo por fin encontrase algo digno quiso hablar conmigo, a ver si así me sentía más segura. No os voy a mentir, no me hizo sentir segura. Pero él sí, su forma de hablar, su mirada, su inocencia.

Y aquí estamos, siete meses después, cada uno en una habitación, queriéndonos pero siendo vencidos por el orgullo.

***

Entro en su cuarto y ni siquiera se gira para mirarme. 

—Tenemos una conversación pendiente —susurro.

—En otro momento —lo dice sin siquiera darse la vuelta. Y su forma de decirlo me rompe. Su tono de voz ha sido cortante, como si no le interesara lo más mínimo.

Así que salgo del apartamento rumbo a casa de Miriam con total seguridad. Al verme allí se sorprende.

—¿Va todo bien? —me pregunta mientras entramos a su cuarto. Yo le digo que no con un enorme nudo en el estómago.

Le cuento todo lo que ha pasado hoy. Apenas son la una del mediodía y parece que ha pasado un día entero.

—No entiendo su cambio repentino, ha sido llegar ellos y que se ponga así.

—¿Crees que Arthur le ha podido decir algo? —niego automáticamente—. Sevda, es muy raro lo de ese chaval. Nos hemos enterado todos ahora de que tiene una hermana. ¿Ves eso normal? Si estaba enamorado de tí en algún momento te tendría que haber hablado de su familia, ¿no?

—Nunca me ha contado nada de su vida fuera de las clases —confieso.

—Amiga, ese chico nunca me ha gustado, igual que Belinda tampoco. Los dos son raros, y siempre os han tratado como si fuerais de su propiedad.

No le doy la razón. Son dos chavales normales y corrientes que apenas han tenido relaciones, por lo que no saben mucho de cómo tratar a sus parejas. Pero por lo poco que sé de Arthur, es una buena persona.


***

¿Opináis lo mismo que Miriam? 🤔

Solo 20 días (COMPLETO)Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu